abril 25, 2024
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febrero 22, 2016 | 86 vistas

WASHINGTON, EU., febrero 21 (AP)

El presidente estadounidense Barack Obama se ha negado a enviar a sospechosos de terrorismo capturados en el extranjero al centro de detenciones en la base naval de Guantánamo. Pero si Estados Unidos comienza a capturar a más extremistas en la expansión de operaciones militares, ¿adónde van a ir a parar, quién los detendrá y dónde serán juzgados?

Esas interrogantes preocupan a expertos legales, legisladores y otros en momentos en que comandos de las fuerzas especiales estadounidenses son enviados en mayores números a Siria, Irak y, quizás pronto, Libia, con el grupo Estado Islámico y otras agrupaciones extremistas en la mira.

A lo largo de la presidencia de Obama, varios sospechosos han sido eliminados en ataques con drones o redadas, o capturados e interrogados, a veces a bordo de buques de la Armada. Después de eso, son enjuiciados en Estados Unidos o entregados a otras naciones.

Esa política ha sido suficiente, dicen expertos, por ahora.

“Si uno va a realizar operaciones antiterroristas que generen detenidos, tiene que pensar qué va a hacer con ellos”, afirmó Phillip Carter, ex asistente del Subsecretario de Defensa para política de detenidos. “Si Estados Unidos va a realizar operaciones de combate a gran escala u operaciones especiales a gran escala y traer más detenidos, se necesita una solución diferente”.

Rebecca Ingber, profesora de Derecho en la Universidad de Boston y que estudia el asunto, advierte que si Estados Unidos se enfrasca en una guerra plena en Siria, “muy probablemente necesitaría instalaciones de detención en el área”.

Obama no ha enviado a ningún sospechoso de terrorismo a la prisión militar estadounidense en Guantánamo, Cuba, donde muchos han estado detenidos durante años sin juicio ni cargos formales –algo que el Presidente dice es “una herramienta de reclutamiento” para extremistas.

El Presidente además va a reportar ante el Congreso cómo quiere cerrar el campamento de detenciones en Guantánamo y posiblemente transferir al resto de los detenidos a Estados Unidos. Ese reporte deberá además lidiar con el asunto de futuros detenidos.

La senadora republicana Kelly Ayotte, representante por New Hampshire, piensa que la ausencia de una instalación a largo plazo para la detención e interrogatorio de sospechosos extranjeros representa “una falla grande de la política de seguridad nacional de Estados Unidos”.

Los candidatos republicanos que aspiran a suceder a Obama están diciendo a los votantes que ellos mantendrían abierto el centro de detenciones en Guantánamo.

“La aplicación de la ley consiste de compilar evidencia para llevar a alguien a juicio y determinar su culpabilidad”, dijo el senador republicano Marco Rubio. “El antiterrorismo se centra en encontrar la información para prevenir futuros ataques, por lo que las mismas tácticas no son aplicables… Pero el problema mayor con todo esto es: No estamos interrogando a nadie en estos momentos”.

 

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