Samantha Rocha
En ocasiones la rutina puede ser abrumadora, por lo que se vuelve indispensable encontrar una válvula de escape a los problemas del día a día. Para ellos, es su voz la que les permite encontrar el refugio perfecto para olvidarse del mundo un momento y descubrir todo lo que son capaces de lograr.
Los alumnos del Centro de Educación y Formación Artística Universitario de la UAT (Cefau), que pertenecen al taller de canto a cargo del maestro Jorge Luis Acuña, son chicos que han encontrado en la música una amiga y aliada.
Dos veces por semana asisten a clases, donde además de aprender y pulir sus habilidades, tienen la oportunidad de convivir en un ambiente muy agradable que les permite superar popo a poco miedos e inseguridades.
Porque estar frente a un público no es nada fácil, se requiere mucho valor, pero en el taller, mediante técnicas de respiración, vocalización y divertidas dinámicas, los alumnos adquieren las herramientas para controlar el nerviosismo o el estrés, tanto dentro como fuera de un escenario.
Los chicos están de acuerdo en que además de brindarles felicidad, por ser una actividad de su agrado, les ha dado mucha seguridad en su vida diaria, han aprendido a socializar más e incluso a desenvolverse mejor cuando tienen que exponer una clase ante un grupo.
Para el maestro Jorge Luis Acuña, es una gran satisfacción poder brindar a sus alumnos un espacio donde realicen actividades productivas, que les permita crecer tanto a nivel vocal como personal, porque aprenden a trabajar como equipo y ayudarse mutuamente, reforzando así la idea de que acercar a los jóvenes a las artes, forma parte de una educación integral que puede generar grandes cambios sociales al reafirmar valores, el amor por uno mismo y por quienes nos rodean.
