abril 26, 2024
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marzo 7, 2016 | 115 vistas

Mauricio Zapata

Los pueblos que conforman el Altiplano tamaulipeco viven entre las paradojas, pero viven aún.

Son pueblos que poco a poco se están quedando sin hombres porque ante la falta de oportunidades tienen que irse a buscar mejores oportunidades de trabajo.

Es el Altiplano tamaulipeco donde están las primeras poblaciones que fundaron los españoles en Tamaulipas, pero hoy por hoy, los últimos en los que apoyan las autoridades.

Son poblados que confirman ese olvido porque aun se pueden observar letreros, muchos letreros que dicen “Mano con Mano”, “Vamos Tamaulipas” o “En Tamaulipas avanzamos”.

Son pueblos en los que se ve la “S” de solidaridad, pero no de las actuales autoridades de ningún nivel.

Pero son poblaciones cuya gente no necesita de la autoridad porque el alza del dólar bien que les beneficia gracias a las remesas.

“Nos va mejor, oiga. Entre más caro esté el dólar más dinero tengo. Ya me alcanza hasta para mi coca”, dice Graciela, quien hace dos años que no ve a Julián, su marido.

“Se fue al otro lado porque no había chamba aquí. Un pariente lo pasó, ahora vive en… en… Masasu, no sé qué (Massachusetts, EUA). Trabaja en una gasolinera y gana bien, ahí me manda para mí y para el huerco que tenemos, pero cada vez me alcanza para más”, comenta.

El municipio de Miquihuana es otro ejemplo que llama la atención por formar parte de la lo que antes llamaban “Cuarto Distrito” y que está a no más de una hora de la capital.

Su territorio tiene una alta vocación agrícola y elevados índices de migración por motivos de trabajo tanto a los Estados Unidos como a las principales ciudades cercanas.

Aquí la gente no necesita del gobierno. Si uno de la familia tiene la suerte de irse en busca del sueño americano, les va bien a todos.

Miquihuana luce limpio, con poca gente, con poca actividad, pero cuando es día de envíos, van rápido por sus dólares, lo que le ha permitido a la gente tener “sus cositas”.

“Pues no lo va a creer”, dice Evangelina, quien logró poner su tienda de abarrotes sólo con las remesas que mes con mes le manda su hijo Aníbal, quien hasta el mes pasado seguía como mesero en un restaurante de comida argentina en Dallas, Texas.

“Ya tengo mi pantallita; tengo mi grabadora, mi CD. Cada vez que viene mijo, trae algo nuevo, hasta bicis trae. Le va bien y ya ni la despensa que cada dos meses nos mandaban los del gobierno me sirven, ¿sabe qué hago? La regalo, la mando allá al ejido”, señala.

Según un reporte del Banco de México, Tamaulipas recibió en el 2015, 825 millones de dólares por concepto de remesas; de esa cifra, el 35 por ciento se quedó en los municipios del Altiplano.

Tula y Jaumave son los municipios con mayor número de personas que han emigrado hacia los Estados Unidos por la falta de empleos y apoyos de las autoridades estatales.

“Nombre, luego vienen las autoridades y hacen alguna obrita por ahí que luego ni inauguran, pero no nos dejan beneficios. La verdad es que nosotros mismos salimos adelante con lo que nos mandan nuestros parientes del otro lado”, señala Rosa María, del municipio de Bustamante.

“Aquí con los dolaritos puse mi changarro (tienda de abarrotes) y estoy por poner una fondita para ofrecer gorditas. De octubre a la fecha nos ha ido mejor y ya no sólo tenemos dinero para comer, sino hasta para poner un negocito”, dijo.

Rosa María tiene 58 años y dos de sus hijos radican en Texas (no especificó la ciudad) y cada mes le mandan hasta 500 dólares entre los dos, lo que le ha permitido tener una mayor percepción de dinero.

Los casi 300 millones de pesos que caen al año en la región por concepto de las remesas han permitido a estos pueblos sobrevivir al olvido oficial en cuanto a proyectos y obras se refiere.

Son poblaciones que han tenido un mayor desarrollo gracias a la migración y que sólo las autoridades los ubican en el mapa sin tener mayores programas de apoyo.

Según el alcalde de Miquihuana, Baltasar Vargas Rangel, la migración de tamaulipecos del Altiplano a Estados Unidos, es un fenómeno que se ha dado en los últimos 30 años, aunque también hay mucha migración a ciudades grandes de Tamaulipas.

“Miquihuana es un municipio con pocos hombres y con muchas mujeres que se han quedado como jefas de familia, en lo que el esposo está trabajando allá (en Estados Unidos), aunque muchos migrantes ya se establecieron allá con sus familias y eso lo vemos cada fin de año, que cada vez vienen menos en diciembre”.

Dice que la mayoría del empleo que se oferta allí, lo hacen las mujeres y que el progreso de esas familias ha sido gracias a las remesas que llegan frecuentemente y que ha ayudado mucho a las familias de esos lugares.

“Aquí las remesas nos han sacado adelante y si va aumentar el dólar, que aumente, así a nosotros aquí nos va mejor y salimos de pobres”, puntualizó Evangelina.

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