marzo 29, 2024
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julio 31, 2016 | 100 vistas

Elizabeth Guevara.-

Con gran alegría y entusiasmo 52 pequeños recibieron un certificado por haber culminado con gran éxito los cursos de verano “Mis vacaciones en la biblioteca 2016” que se realizaron del 18 al 29 de julio, divididos en tres grupos llamados: Inspirarte, Sombras chinescas y Cuenta leyendas.

La cita fue el pasado viernes al punto de las 11:00 horas, en la Biblioteca Pública del Centro Cultural Tamaulipas (CCT), donde instructores, padres de familia y alumnos de los turnos matutino y vespertino, fueron partícipes de este memorable acto.

Para dar inicio, el director de la biblioteca Jorge Alberto Cano Luna, agradeció la presencia de los instructores ya que entregaron tiempo y dedicación para insertar el deseo por la lectura a los niños, también destacó lo siguiente: “Este es uno de los mejores espacios que hay para que los niños se acerquen a los libros, para que los lean y se enamoren de la lectura”.

Al concluir con la bienvenida, una invitada especial ingresó a las instalaciones, y derramó alegría a todos los presentes, se trató de la cuentacuentos Dulce Salas, quien relató dos preciosas historias con un bonito mensaje que a más de uno se le grabó en el corazón, además puso a saltar, gritar y actuar tanto a chicos como a grandes.

Después de esta inolvidable presentación, las autoridades del presidium entregaron reconocimientos a cada uno de los pequeños que formaron parte de estos talleres y que ahora han encontrado un nuevo amor, la lectura.

Enseguida se dirigieron al salón donde les mostraron a los padres y familiares los trabajos que realizaron durante el curso, pues cada vez que leían un cuento lo plasmaban por medio de palabras y manualidades, las cuales se llevaron de recuerdo a sus hogares.

Fueron varias obras literarias las que pudieron leer, tales como: Mi mascota es un ángel y La señora más difícil del mundo, con las que compartieron opiniones por medio de círculos de lectura, leyendo página por página e incluso hicieron un hermoso cuento.

El ingeniero Martín López Rodríguez, quien impartió estas clases y lleva más de 15 años trabajando con pequeños expresó: “Los niños tienen una imaginación que no se puede comparar, es fantástica; lo importante es que los padres escuchen a sus hijos que los enseñen a expresarse por medio de la escritura, si un niño sabe escribir lo que piensa, es más viable que ellos sepan leer más rápidamente”.

Sin duda fueron dos semanas de diversión y mucho aprendizaje, pero lo mejor se lo llevaron los pequeños pues se dirigen a sus casas con el deseo de conocer más del fascinante mundo de la lectura.

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