Rebeca Maldonado.-
En México, la popularidad del jabón Rosa Venus es rápidamente asociada con unas cuantas horas de amor. Y es que, la fábrica de jabones La Corona, lleva desde los años 50´s ofreciendo este producto al público.
La historia de este jabón, no inicia en un hotel de paso, como muchos lo imaginan. De hecho, la fábrica La Corona, es también la productora de muchos otros jabones populares en nuestro país como el jabón de lavandería Tepeyac, el jabón de pasta Zote, el detergente Doña Blanca y por supuesto el jabón “del amor” Rosa Venus, que anteriormente era vendido con el eslogan: «Un jabón tan bueno como los demás, pero a un precio justo», pues se vendía a granel y sin envoltura en el pasado.
Lo que convirtió a este jaboncito en un símbolo de motel o de el encuentro de amor entre cuatro paredes, fue que a algún gerente de hotel de los llamados ‘de paso’ tuvo la idea de colocar estos pequeños jabones en las habitaciones, con la idea de que se usaran una sola vez y se desecharan, ya que precio económico permitía adquirirlo fácilmente para darle una mejor experiencia a los clientes.
De ahí en más, yendo de la mano con la cultura del mexicano en la que tener intimidad antes del matrimonio es una práctica clandestina en un motel, ha sido como el uso de Rosa Venus es ligado automáticamente con hacer el amor a escondidas, causando todo tipo de reacciones por parte del pueblo, algunas morbosas, otras chistosas, pero en todas se tiene un claro concepto de este producto, que es conocido y nombrado por muchos como “el jabón del amor”.
