abril 19, 2024
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marzo 3, 2017 | 123 vistas

Rebeca Maldonado.-

“Déjalo que llore, se hace fuerte”, es una de las frases que las mamás están muy acostumbradas a escuchar por parte de familiares o amigos que les recomiendan dejar a su bebé llorar por un rato antes de consolarlo o ver cuál es la necesidad del pequeño.

La creencia ha pasado de generación en generación y muchos creen que es una manera de educarlos y marcarles los límites para evitar berrinches.

Aún cuando la ciencia no ha señalado que dejar llorar a los bebés puede perjudicar su desenvolvimiento psicosocial y cognitivo, un estudio realizado recientemente por la Universidad de Munich, sostiene que dejar llorar a los bebés afecta su desarrollo cerebral por diversas razones.

Primeramente señalan que cuando un niño llora la frecuencia cardiaca aumenta en un mínimo de 20 pulsaciones por minuto y también la presión sanguínea, además de que hay una menor oxigenación de la sangre que llega al cerebro, lo que provoca que llegue sangre con mayor presión en la fase de esfuerzo, lo que puede desencadenar hemorragias cerebrales y sus secuelas.

El estudio señala que cuando el bebé está llorando hay un aumento en el nivel de cortisol, la hormona del estrés que también actúa como inmunosupresor, lo que ayuda al niño a resistir infecciones.

Aunado a todo esto, cuando un pequeño llora por mucho tiempo gasta demasiada energía así que sus leucocitos aumentan, como si luchara contra una infección y se ve disminuida la cantidad de saturación de oxígeno en sangre.

Por otra parte, el menor que presenta llanto prolongado, no interactúa de manea natural en su entorno, debido a el estrés que experimenta en cada uno de los episodios, además de que se podría deteriorar la reacción que tiene la madre ante su llanto, restándole importancia y arriesgándose a que el bebé ya no le pueda comunicar sus necesidades.

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