Rebeca Maldonado.-
En Canadá, un matrimonio fue condenado a 25 años de cárcel por dejar morir a su hijo diabético, ya que, hasta el último momento de vida del niño de 15 años, los padres esperaron un milagro de Dios y se negaron a que recibiera atención médica.
Alexandru Radita, tuvo su primera crisis a los tres años de edad, los médicos dijeron a sus progenitores, Emil y Rodica Radita, que el niño era diabético desde el nacimiento y les dieron las indicaciones para que el pequeño llevara tratamiento y así controlar su padecimiento. Pero, en lugar de hacer lo necesario para que el niño no sufriera debido a su enfermedad, los padres se negaron a la instrucción médica y consideraron el diagnóstico de Alexandru como “una farsa”.
Emil y Rodica, al ser católicos apostólicos romanos, decidieron dejar todo en manos de Dios y esperar su milagro de sanación para Alexandru, quién nunca pudo tener una vida normal, estudiaba en casa y su salud se deterioraba cada día, sin poder hacer nada de lo que los chicos de su edad hacían fue creciendo esperando y confiando en que sus padres hacían lo mejor para él.
Hasta que en marzo del 2013 los paramédicos llegaron a la casa de los Radita, la escena fue bastante impresionante, Alexandru ya no presentaba signos vitales, pesaba apenas 16 kilos y su rostro parecía no tener carne. El chico había agonizado por dos horas y sus padres en lugar de llamar a emergencias rezaron esperando una respuesta divina que nunca llegó.
En el juicio en contra de los Radita, la parte defensora presentó pruebas sobre “el tratamiento” de diabetes que le proporcionaban a Alexandru, pero la evidencia médica y los hechos fueron los que los condenaron ya que el menor falleció en un muy crítico estado de desnutrición, prácticamente había muerto de hambre.
Ahora, estos padres pasarán muchos años en prisión a causa de su negligencia.
