marzo 29, 2024
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marzo 13, 2017 | 113 vistas

CIUDAD DEL VATICANO, marzo 12 (Notimex)

El Papa Francisco entra este lunes en el quinto año de su pontificado manteniendo altos niveles de popularidad, pero afrontando también críticas por algunas de sus decisiones en el gobierno de la iglesia Católica y sus aperturas a nivel pastoral.

El Vaticano no tiene previstas celebraciones particulares para este 13 de marzo, el cuarto aniversario de la fumata blanca, aunque las muestras de afecto espontáneas llegaron a lo largo de todo el fin de semana.

Este domingo unas 35 mil personas acudieron a la Plaza de San Pedro para recibir la bendición del Papa y rezar con él la oración del Angelus, que pronunció asomado la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico.

Por la tarde, Jorge Mario Bergoglio visitó la parroquia de Santa Magdalena de Canossa, ubicada en la periferia de Roma. Entre aplausos entusiastas, el pontífice saludó a decenas de fieles muchos de los cuales obtuvieron la ambicionada “selfie”.

Luego, en un diálogo informal, una niña le preguntó a qué le tiene miedo y el Papa, bromeando, replicó “a las brujas”.

Inmediatamente después apuntó: “Pero las brujas no existen, harán tres o cuatro cosas, pero esas se llaman estupideces. Las brujas no tienen algún poder. Son una mentira”.

“Al contrario, me da miedo cuando una persona es mala. Todos tenemos la semilla de la maldad dentro pero cuando una persona decide ser mala me da miedo porque puede hacer tanto mal: en la familia, en el trabajo, también en el Vaticano cuando se da el chismorreo”, agregó.

Esas palabras, sencillas, exhibieron la sensibilidad del líder católico a un malhumor que (en diversos niveles y circunstancias) existe en la Curia Romana con el rumbo del actual pontificado.

En varias conversaciones informales Notimex pudo comprobar este malestar, palpable en cardenales, obispos y otros funcionarios. Aunque la mayoría de ellos prefiere no manifestar públicamente sus perplejidades.

Uno de los focos de la molestia se centra en la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” (El gozo del amor”) del 19 de marzo de 2016, especialmente en el capítulo número ocho en el cual se sugiere que algunos católicos divorciados vueltos a casar podrían acceder a la comunión tras un discernimiento escrupuloso, algo hasta ahora vetado por la Iglesia.

Ya en septiembre pasado, cuatro cardenales enviaron una carta al Papa con una lista de cinco “dubia”, unas dudas que manifiestan un desacuerdo con el magisterio de Francisco, quien nunca respondió a los cuestionamientos.

Algunas semanas después, el cuatro de febrero último, decenas de afiches anónimos tapizaron las calles de Roma, sobre todo en las inmediaciones del Vaticano. En los mismos se cuestionan varias decisiones del pontífice, junto a una foto suya con gesto adusto.

Entre los cuestionamientos destacaron “ignorar a los cardenales”, el “remover sacerdotes”, el haber intervenido a la congregación de los Franciscanos de la Inmaculada y la Soberana Orden de Malta, estas últimas dos difíciles acciones llevadas a cabo por el pontífice.

El texto de los carteles, escrito en dialecto romano, pretendió dejar al Papa como un hombre autoritario y los interrogó: “¿Dónde quedó la misericordia?”. Pero lejos de molestarle, lo terminó divirtiendo.

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