abril 16, 2024
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abril 18, 2017 | 108 vistas

Julio L. Guzmán.-

NUEVO LAREDO, Tam.- “No estamos resignados, esperamos un milagro, porque no queremos regresar a Cuba y no podemos cruzar a Estados Unidos”, dijo Juliexer Fernández, un joven cubano que desde enero se encuentra varado en Nuevo Laredo junto a otros 600 isleños, que les negaron un permiso humanitario para ingresar a la Unión Americana.

Los cubanos viajaron desde Cuba a Nuevo Laredo, Tamaulipas, con la ilusión de cruzar a Estados Unidos, unos de manera legal y otros con un permiso humanitario, pero quedaron varados en esta ciudad mexicana, tras la cancelación de la “Ley de Ajuste Cubano” conocida como “Pies secos, Pies mojados”, decretada por el ex presidente Barack Obama.

Mientras Juliexer se quejaba, a dos mil 500 kilómetros de distancia, en Washington, Donald Trump arreciaba su discurso en contra de inmigrantes ilegales, al decir que el trabajo y las oportunidades durante su mandato serán solo para las y los estadounidenses, más lejos quedaba su sueño.

Este cubano llegó a Nuevo Laredo el 12 de enero, en un viaje triangulado desde Ecuador, y al igual que unos 600 compatriotas integrados por mujeres, hombres, niñas y niños, pretende que Trump se toque el corazón y les permita ingresar mediante una amnistía que hasta ahora solo se otorga a perseguidos políticos o por razones humanitarias.

Pero Juliexer tuvo suerte porque el Gobierno de Nuevo Laredo que encabeza el alcalde Enrique Rivas Cuellar, gestionó ante el Instituto Nacional de Migración se les otorgará un permiso para quedarse en este país, y no tengan que regresar ya a su país donde aseguran que son tratados peor que gusanos.

 

ESPERAN EL MILAGRO CUBANO

Es el caso de Virina Ricardo, una cubana con dos hijos pequeños que desde el 12 de enero se encuentra en esta frontera en espera de poder cruzar, y desde entonces padece la incertidumbre de no saber qué hacer porque el dinero y la paciencia se agotan.

“Esperamos ver la decisión que tome el nuevo presidente”, mencionó, pero dijo que esperará un milagro porque grupo de cubanas y cubanos residentes en varias ciudades de Estados Unidos, principalmente de Florida y de Laredo, Texas, acuden todos los días en su apoyo con alimento y ropa, además de gestionar con congresistas su situación.

Su esposo Ángel Eduardo Díaz, de tez muy morena y espigado como muchos de los cubanos, se acerca y entra en la plática: “Es muy triste y doloroso para las y los cubanos que nos encontramos aquí y para las y los cubanos que se encuentran detenidos en migración en Tapachula, y es triste tener que vender tu casa y tus bienes en Cuba, buscando la libertad y la democracia”.

A unos pasos de esa libertad que pregonan y que buscan con ansia, se encuentra este ya numeroso grupo de personas procedentes de Cuba, la mayoría empobrecidos a causa de un régimen político dictatorial que dijeron, prevalece aún en la isla.

De regresar a Cuba, dicen temer por sus vidas y las de sus familias, “porque en Cuba o estás con el régimen, o estás preso o eres reprimido”, relató.

Casi al unísono con las palabras de Ángel, algunas personas alzaron sus manos sosteniendo cartulinas solicitando a Trump y a las y los congresistas, clemencia para que los dejen ingresar a ese país.

 

OBAMA AGRAVÓ CRISIS MIGRATORIA EN CUBA

Con banderines cubanos y de Estados Unidos agitándolos, estos cubanos esperarán hasta donde sea posible para que se revierta esta determinación que inició Barack Obama el 14 de agosto del 2015, cuando su secretario de Estado John Kerry, viajó a Cuba para dar fin a la guerra fría entre ambas naciones.

Sin embargo, esta visita cambió por completo el panorama de personas de Cuba, quienes tienen el deseo de salir de la isla, porque con ello el privilegio migratorio terminó al culminar la Ley Pública 89-732, mejor conocida como ’Pies Secos Pies Mojados’.

Desde entonces miles de cubanas y cubanos iniciaron los preparativos para salir de la Isla, con el temor de pensar que en cualquier momento ese privilegio terminaría, tal y como ocurrió el pasado 12 de enero.

Pero mientras no ocurran otras cosas, estas personas permanecerán en Nuevo Laredo por tiempo indefinido, en albergues municipales, casas de asistencia privadas y en la Casa del Migrante, en donde reciben alimento, techo, asistencia social y jurídica.

En tanto, en Laredo, Texas, mencionan que hay varadas 25 toneladas de ayuda, la que no puede cruzar mientras no se paguen siete mil dólares de impuestos a la aduana mexicana, que impide su cruce pese a ser ayuda humanitaria, ayuda que necesitarán otras 300 personas cubanas que se encuentran en Tapachula con destino a esta ciudad, en donde al igual que los que ya están aquí, sufrirán hambre, frío, soledad y mucha angustia por no saber cuál será su destino.

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