abril 26, 2024
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abril 24, 2017 | 93 vistas

Mauricio Zapata.-

Cd. Victoria, Tam.- Los ayuntamientos de Tamaulipas destinan casi la mitad de su presupuesto en pagar la nómina de sus trabajadores, situación que los obliga a dejar de invertir en rubros como el de obras públicas, política social o asistencialismo, entre otros.

Dentro de sus Leyes de Ingresos y Presupuestos de Egresos los 43 municipios de la entidad gastan entre el 40 y el 45 por ciento, en promedio, del dinero que reciben al año en el rubro de Servicios Personales.

Además de ello, las pensiones, que también tienen que pagar por no contar con un sistema más desahogado, acaparan un cinco por ciento de lo que cada gobierno municipal recibe año con año.

Y es que, de acuerdo con su presupuesto se exhibe que existe un superávit en cuanto al personal contratado, ya que los de confianza acaparan la mayor parte del presupuesto de nóminas.

En todos los casos, los empleados de confianza o eventuales son más de la mitad del total de la plantilla laboral en los principales ayuntamientos del estado, aunado a las altas percepciones por compensaciones que perciben los mandos medios y superiores de cada municipio.

El municipio que destina más dinero al pago de salarios es El Mante, que de su presupuesto anual de casi 300 millones de pesos, 106.1 son para el rubro de Servicios Personales.

El Mante tiene una plantilla de 780 trabajadores, de los cuales el 70 por ciento son de confianza y no precisa cuántos son eventuales. Sin embargo, las compensaciones son las que más ahogan a ese Ayuntamiento, ya que están consideradas como una de las mejor pagadas en la entidad.

En contraparte, el Ayuntamiento de Nuevo Laredo es quien menos carga tiene en el rubro del pago de nómina, ya que de su presupuesto, que es el segundo más alto de los 43 municipios, solo destina el 20 por ciento al pago de salarios.

El otro rubro que más presupuesto acapara es el de Transferencias, Asignaciones, Subsidios y otras Ayudas, que es al menos el 20 por ciento de la carga presupuestal de los gobiernos municipales y se encarga de política social y gasto corriente.

En tanto, lo que se destina para obra pública apenas es de un ocho por ciento; para combate a la pobreza es de un dos por ciento y rubros como el de cultura y deporte apenas llegan al 1.5 por ciento de su presupuesto.

Esto los ha obligado a estar a expensas de lo que la Federación y el Estado destine para los anteriores rubros y atenerse a proyectos ajenos que no son ni pueden programarse desde los gobiernos municipales.

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