marzo 28, 2024
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mayo 3, 2017 | 433 vistas

Mauricio Zapata.-

Cd. Victoria Tam.- Alberto García terminó su jornada en medio del calor tras casi diez horas de trabajo. Antes de irse subió a lo más alto y adornó la cruz. Este miércoles no habrá trabajo, sólo festejo.

Él es albañil y como él más de 60 mil trabajadores de la construcción celebran el Día de la Santa Cruz, en donde también se festejan los “maistros”.

Esta es una de las celebraciones más populares en México. Las obras, por muy pequeñas que sean, paran labores y, ahí, en medio de las varillas, los blocks, la arena y los bultos de cemento, hacen una fiesta.

“Hoy es día de ponerse pedos, hoy nos da chance el patrón”, resumió don Jacinto, quien es el más viejo en una pequeña obra al sur de la ciudad “Beto pa´ los cuates”.

“El día del albañil ya no es como antes. Ahora con tanta cosa nueva, ya no es lo mismo colocar una pared, antes lo hacíamos nosotros, ahora lo hacen las máquinas, es la modernidad”, lamentó Lupe “El cansado”.

“(El tres de mayo) no se debe trabajar es nuestro día, nos dijeron que sólo jaláramos un rato pero naaa, yo me voy hacer pendejo, voy a esperar la hora de la comida y el pisto”.

 

CUCHARA, MEZCLA… Y CHEVE

Ellos levantan el segundo piso de una casa de interés social. Son albañiles que trabajan al día. Hoy tienen una chamba un poco más grande, mañana, quizás sólo una repellada. No hay trabajo fijo.

Pero este tres de mayo es diferente. “Vamos a levantar unas dos líneas de blocks y cuando el patrón llegue de su jale, nos va a traer asado, frijoles, tortillas, una carnita y unas burras (caguamas)”, advirtió Alberto.

En otro lado de la Ciudad, se construye un centro comercial. Aún hay albañiles “chuleando” en las obras, pero éstos no quieren hablar. De lejos gritan que mañana es su día y que llegarán a la “tragasón”.

Ahí labora, Ezequiel, “El Cheque” Hernández”. Por más de 25 años se desempeñó como “maistro” hasta que el desgaste de sus piernas ya no lo dejaron trabajar y ahora es velador en “obras negras”.

“Cheque” dijo que desde los siete años trabaja en la albañilería desde que era peón de su papá. Él dice que en los últimos años vino para abajo el trabajo de albañil. Ahora hay poco qué trabajar y además mal pagado.

“Ya le gente no quiere construir, está muy caro todo: el cemento y la varilla son los que cada vez cuestan más y por eso el jale de albañil cada vez está peor”, dijo.

Eso sí, aún y cuando hay una crisis de dinero y de trabajo un albañil pocas veces está inactivo.

¿Entonces bajó la chamba?

“Sí, ha bajado, aunque uno siempre busca jale, nunca falta poner un pisito, resanar una pared, remodelar un bañito o hasta impermeabilizar”, si no, aunque sea ayudando a otro “maistro”.

“El albañil, dicen, es el trabajo más duro, porque sabe muchas cosas: Sabe amarrar varillas, hacer dalas, banquetas, escalones, enjarrar, poner placas, poner block, tienes que saber todo eso, es de lo que se cansa uno, es el más duro porque anda uno hincado, en cuclillas y se desgasta y con el tiempo le sale a uno los males”.

 

EN TAMAULIPAS HAY 62 MIL ALBAÑILES

La industria de la construcción es una de las más activas en Tamaulipas, ya que según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) es la cuarta actividad con mayor ritmo en la economía del estado.

De hecho, en la entidad hay un padrón de 62 mil 816 albañiles, de los cuales, el 39 por ciento se dedica a hacer trabajos por su cuenta, ya sea desde poner un block, hasta construir una casa.

Lo anterior pone  a Tamaulipas en el lugar 17 a nivel nacional con mayor número de trabajadores de la construcción y el décimo segundo con más proyectos de obra en el país.

Según el Inegi, en 2015 la población ocupada como albañil en el estado, fue de 58 mil personas, es decir, el 92 por ciento de los albañiles tuvieron trabajo durante el año pasado. De esa cifra 99.6 por ciento son hombres y 0.4 por ciento mujeres.

Lo anterior, representan el 4.8 por ciento de la población ocupada en la entidad. La edad promedio de estos trabajadores es de 37 años, y ocho de cada cien tiene entre 14 y 19 años de edad.

Su grado promedio de escolaridad es cercano al primero de secundaria, casi todos son trabajadores asalariados y alrededor del 74 por ciento recibe un pago no mayor a los tres salarios mínimos.

El reporte de la dependencia concluye que nueve de cada diez albañiles no tienen acceso a instituciones de salud como prestación laboral y, a pesar de participar en la construcción, sus viviendas son las más precarias.

La industria de construcción cayó en un 42.6 por ciento durante el primer trimestre del año, según un balance de la Cámara Nacional de la Industria y la Construcción (CMIC) realizada a nivel nacional.

Con esta cifra, esta entidad es la tercera con la mayor caída de los 32 estados del país y que se da, según el organismo, por dos principales motivos: una parálisis económica y la falta de planeación para la obra pública.

El reporte de la asociacion de constructores, indica que las caídas más considerables se dieron en Campeche (59 por ciento), Veracruz (53.4 por ciento), Tamaulipas (42.6 por ciento), Durango (39.1 por ciento), Sinaloa (36.5 por ciento), Michoacán (31.7 por ciento) y Baja California (26.1 por ciento).

Otro de los factores que incidieron en esta caída fue el valor de los insumos y el material para la construcción que tuvieron un alza en sus precios de hasta el 25 por ciento.

 

LA SANTA CRUZ

Lo primero que hacen un albañil el tres de mayo es ir a poner en lo más alto de la obra la cruz, es el símbolo de los trabajadores de la construcción, es su símbolo, es el símbolo del tres de mayo.

“Aquí hay trabajo para todos, yeseros, plomeros, carpinteros, contadores, contratistas, es un mundo muy grande el de una obra”, comentó Javier Velázquez jefe de una obra, es ingeniero y trabaja para una constructora.

“El mundo de la construcción es muy grande, por eso, también los profesionistas festejamos este día, que no es cualquier día”, añadió.

 

CONSTRUYEN LA HISTORIA

En una obra pequeña por los rumbos de Las Flores hay uno de los albañiles más viejos, es Genaro López Garza, de 78 años, dice haber visto de todo.

“Yo hice la torre de cristal y el teatro Amalia, el Centro Cívico y las oficinas de Mundo Nuevo, a mí nadie me cuenta nada”.

Don Genaro sostiene que él no estudio ni la primaria, ni la secundaria, pero que el que es fiel, muestra que cuando se quiere aprender, se aprende.

“A mis hijos les hice todas sus casas y mi casa ya la compré hecha, cuando me terminaron de la empresa yo arreglé toda mi casa, le puse barda, el baño, piso, porque también soy plomero, es que cuando uno quiere aprender, aprende todo, yo nada más veía una cosa nueva y me ponía a un lado del maistro y me iba enseñando, anduve con plomeros y también tengo mi equipo de soldar”, dijo.

Añadió que su trabajo es pesado pero no por ello más peligroso que otros.

“Donde quiera hay peligro, en todas partes hay peligro, los accidentes se hacen cuando menos lo espera uno, muchas veces si no tienes precaución me resbalo y me caigo…”.

Dijo que “los albañiles nos encomendamos a Dios, yo todas las mañanas que me levanto digo: “En el nombre sea de Dios” y en la tarde que llego digo: “Gracias a Dios por haberme dado este día…” eso es lo que hago.

Mientras tanto, las obras se pararán para darle el día a quien jornada tras jornada trabajan por un sueldo que no es fijo, pero aun así no es despreciable.

Este tres de mayo, habrá fiesta en las construcciones y mientras los albañiles celebran, la cruz, en todo lo alto, los observa, y como dicen ellos, “los cuida”.

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