Rebeca Maldonado.-
El nombre de Vladimir Franz puede no ser muy conocido por algunos, pero, tal vez después de hoy vas a recordar que es el político de República Checa que tiene tatuado el 90 por ciento de su cuerpo y que en 2013 fue elegido por casi 90 mil personas que solicitaban su candidatura a la presidencia.
Franz es abogado, pero siguió sus propias metas dedicándose de lleno al arte y es compositor de ópera y música clásica.
Fue llamado por sus seguidores como el candidato verde por sus tatuajes en casi todo el cuerpo que son de ese tono. Además se postuló formando parte de un partido independiente y durante las entrevistas que le hacían siempre encontraba la manera más peculiar para hablar sobre su apariencia.
«Mis tatuajes son mi pequeño jardín privado, ellos no son un obstáculo, me dan más valores, porque las elecciones no son un concurso de belleza. Se trata de la tolerancia y la cultura».
Hasta ese momento Vladimir Franz era profesor de la Facultad de Teatro, de la Academia de Artes Escénicas de Praga (AMU), en la cual posee una intachable reputación profesional.
Este hombre es el más claro ejemplo de que la apariencia no tiene absolutamente nada que ver con conocimientos o calidad de persona, él demostró su inteligencia y sabiduría para poder llevar una campaña en la que lo primero de lo que se hablaba era de sus tatuajes, y cuando eso sucedía dejaba con la boca abierta a la audiencia, sirviendo como ejemplo de que el ser un poco diferente no es sinónimo de malo para la sociedad, al contrario, con él se aprendió a ver más allá y a aceptar la diversidad, porque si bien no ganó las elecciones, tuvo un muy honroso tercer lugar que lo ha dado a conocer en todo el mundo y lo han hecho una estrella en las redes sociales.
