Rebeca Maldonado.-
En Salta, Argentina, un hombre asesinó a su novia y al hijo que ella tuvo en otra relación, envenenándolos con cianuro. El plan que Franco R. Gaspar Cinco tenía desde un principio era matar solamente al pequeño de dos años, pero jamás imaginó que también moriría la madre del menor.
Franco, de 28 años, llevaba un tiempo siendo pareja de Alejandra Párraga de 26, pero, este no se sentía cómodo con la presencia del hijo de ella en su relación, incluso varias veces llegó a confesarle a la chica que el niño en realidad les estorbaba.
El lunes pasado, el hombre se dirigió de visita a casa de su pareja, como todos los días, pero en esta ocasión llevaba algo para el pequeño Amir, una botella de “agua bendita” que en realidad contenía cianuro. Franco convenció a Alejandra de que le diera de beber al niño, pues el menor había estado un poco mal de salud días antes y con el agua bendita de la catedral el niño se podría recuperar.
El niño tomó de la botella y horas después, tanto él como su mamá empezaron a tener malestares, el hombre supo que, en un descuido, su novia también había bebido el líquido envenenado.
Fue en ese momento en que Franco Cinco, llevó al bebé y a su madre a recibir atención médica, el menor se quedó en una clínica privada mientras Alejandra era recibida en el Hospital San Bernardo.
Lamentablemente, aunque los médicos hicieron todo lo posible, Amir falleció a las 16:45 y su madre una hora después.
La familia de Alejandra se encontraba muy confundida por la manera en que se dieron los fallecimientos. Por otra parte, miembros de la fiscalía indagaron en la casa de la mujer y el niño para recabar cualquier información útil que pudiera ayudar a esclarecer lo sucedido, los elementos reunieron pruebas y entre ellas se encontraba la botella.
«Seguramente se sabrá la causa de las muertes cuando se realice la autopsia de ambos cuerpos», señalaron fuentes judiciales.
Ante la pérdida de una joven madre y su bebé, la familia prosiguió con los ajustes necesarios para despedirlos. El autor del crimen se encontraba con ellos y acudió al velorio acompañando a la familia, mientras los agentes empezaban a entender lo que en realidad pasó cuando encontraron restos de cianuro en los cuerpos y en la botella.
Aunado a esto, una mujer que se identificó como amiga de Franco Cinco, acudió a las autoridades para dar un testimonio que fue pieza clave para desenmascarar al asesino.
La joven dijo que su amigo le había enviado un mensaje de texto que le parecía bastante sospechoso, confesándole «Me mandé una cagada grande». Aunque la chica no entendió la intención de ese texto, todo tomó sentido cuando supo de las muertes.
Fue así como, en pleno funeral los elementos de la policía local quienes se dirigieron a Cinco para detenerlo frente a la familia de quien en vida fuera su pareja, quienes se mostraron bastante confundidos por la acción de las autoridades.
Cuando los familiares de Alejandra y el pequeño Amir supieron la realidad de los hechos, dijeron que el joven y la chica tenía muchos problemas en su relación derivado a la existencia del
