abril 18, 2024
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junio 29, 2017 | 256 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, junio 28 (Agencias)

Como su personaje Aurelio Casillas en “El señor de los cielos”, Rafael Amaya no ha podido ser más violento, despiadado y atormentado en la pantalla chica. Y por un tiempo, hasta el mismo Amaya sufrió por lo que Casillas le trajo a su vida real: desgaste físico y emocional, el lado oscuro de la fama, malas compañías, muchas fiestas.

“No hay manual que te dice cómo lidiar con la fama, como lidiar con los ratings, la adulación, cómo hacerle”, confesó el actor mexicano de 40 años a la revista People.

Harto y cansado, Amaya hizo un paréntesis en su vida laboral tras la grabación de la cuarta temporada de la serie de Telemundo y se fue de México a Los Ángeles, donde se reencontró consigo mismo. “Con las personas que uno se junta influye mucho. Los que dicen que son tus amigos por alguna razón u otra te hacen creer que eres una persona que no eres.

“En realidad ellos te convierten en la persona que ellos quieren ver —o lo que vieron en la televisión— y te quieren ver así cuando en realidad eres otra persona. No eres tú mismo porque tienes miedo a perder ese cariño, esa popularidad, esa aceptación”, admite hoy un centrado Amaya.

Y agrega: “El tiempo de Dios es perfecto, por algo tenía que pasar la primera, segunda, tercera temporada y que llegara todo de un golpe y luego después como dar un paso atrás y regresar otra vez a mi familia, mis amigos y decir: ‘OK, ahora sí vamos a trabajar de verdad, sacar esto adelante y bien’”.

Además el actor asegura que debe cuidarse el triple por la gran responsabilidad que pesa sobre sus hombros, por ello, regresó a la pantalla chica como nunca tras buscar un entrenador y practicar boxeo.

“Si llego enfermo son dos unidades, 300 personas, 300 familias, y piensas en esa responsabilidad que tienes de sacar adelante un proyecto, el compromiso que tengo con la empresa, la que me dio la oportunidad, la que me abrió las puertas”, concluyó.

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