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agosto 11, 2017 | 107 vistas

TALLAHASSEE, Florida, E. U., agosto 10 (AP)

En Estados Unidos prolifera un lucrativo mercado negro de combustible. Pero a diferencia de lo que ocurre en México, los ladrones no se roban la gasolina, sino que la compran en grandes cantidades en estaciones de servicio usando tarjetas de crédito clonadas y luego la revenden.

Esta actividad puede ser mucho menos riesgosa que vender drogas y otros delitos y se puede ganar mil dólares al día revendiendo el combustible robado en obras de construcción y estaciones de gasolina inescrupulosas, o a camioneros dispuestos a ahorrar dinero, según investigadores y expertos en este fenómeno.

“Es algo bastante rampante”, afirmó Owen DeWitt, cuya firma Know Control, de Texas, se enfoca exclusivamente en ayudar a las gasolineras a evitar el robo de combustible. Indicó que esta actividad es particularmente intensa en la ruta interestatal 10, que va de Jacksonville, Florida, hasta Los Ángeles. “California y Florida son los dos peores estados. Texas está tercero”.

El mercado negro de diesel pasó a ser un gran negocio cuando se empezó a popularizar la clonación de tarjetas de crédito por el 2006, según DeWitt. Los ladrones instalan en las gasolineras aparatos que les permiten robarse la información de los clientes. Luego la transfieren a la faja magnética de tarjetas falsas. En los últimos años esta operación se ha hecho más sofisticada.

El mercado negro ha crecido rápidamente en parte porque se roban pocos cientos de dólares a la vez y los fiscales no les dan prioridad a esos casos. Pero a medida que crece la magnitud de estas operaciones, las autoridades están prestándoles más atención.

El departamento del comisionado de Agricultura y Servicios al Consumidor Adam Putnam es el que maneja estos casos en la Florida. Putnam dice que los consideraban delitos “sin víctimas”, o que “justificaban castigos menores”, pero estaban “haciendo más dinero que otras actividades delictivas con castigos mucho más severos”.

El Servicio Secreto, que investiga delitos financieros, se interesó en el tema porque los bandidos están clonando tarjetas de crédito. El agente Steve Scarince dice que Miami, Los Ángeles y Las Vegas son sitios “calientes”, donde se roban unos 80 millones de litros (20 millones de galones) anuales de diesel.

“De las bandas que hemos estado investigando el último par de años, la que menos gana se lleva cinco millones de dólares anuales. Y hay grupos que hacen más de 20 millones”, declaró Scarince. “Los pandilleros de Los Ángeles se están dedicando a delitos financieros en vez de callejeros porque son mucho más rentables y si te pillan, te dejan en libertad bajo palabra”.

El mismo fenómeno se registró en México, pero allí el robo de combustible se ha convertido en una operación de escala casi industrial, que abastece incluso a fábricas y cadenas de gasolineras. Las autoridades mexicanas calculan que el robo de combustible le cuesta alrededor de mil millones de dólares anuales al país.

Es, además, una industria peligrosa. A principios de julio, nueve personas fueron asesinadas en una disputa entre bandas en Huehuetlan, Puebla.

El robo de combustibles no tiene la misma magnitud en Estados Unidos, pero de todos modos es muy rentable.

Un caso del 2014 revela lo beneficiosa que puede ser incluso una operación de menor escala.

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