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agosto 23, 2017 | 143 vistas

SANTIAGO DE CHILE, agosto 22 (AP)

Han pasado casi dos años desde que Mónica Flores fue retenida por la policía internacional chilena al regresar de vacaciones desde Brasil porque salió con un hijo y volvió con una hija.

Aquel día, Mónica tuvo que explicar que su pequeña se identifica como niña a pesar de tener genitales masculinos. Luna, de seis años, tiene la piel trigueña y la voz suave. Sus ojos son vivaces y con frecuencia se acomoda el cabello largo y oscuro mientras se muestra coqueta y sonriente, como si supiera que es la estrella del momento.

La historia de Luna motivó a otras chicas y a sus familias a luchar por ganar derechos para la comunidad transgénero en Chile. En este país, mayoritariamente conservador y carente de legislación en su beneficio, actualmente se discute un proyecto de Identidad de Género que permitiría a los hombres y mujeres trans crear concordancia entre el nombre y género registrado en sus documentos oficiales. Sectores de izquierda, incluida la presidenta Michelle Bachelet, proponían que el cambio incluyera a menores pero el Senado modificó la iniciativa para limitarlo a mayores de edad.

Aunque su pequeña aún distaba de cumplir 18 años, el incidente en el aeropuerto motivó que Mónica y el padre de Luna iniciaran una batalla en los tribunales para que ésta pudiera tener un acta de nacimiento en la que coincidieran su nombre y género (para proteger la identidad de su hija, Mónica pidió a la AP que fuera identificada sólo como Luna, el cual no es su verdadero nombre).

Luna —dice su madre— se entusiasmaba con hadas y princesas desde muy pequeña y una vez que aprendió a hablar le preguntó por qué le había puesto un nombre masculino si ella quería ser mujer.

“El caso de esta niña me tocó el alma. No podía permitir que viviera en un cuerpo equivocado ante la sociedad”, dijo el juez Luis Fernández, en cuyas manos quedó el expediente, al periódico local La Tercera en la única entrevista que ha concedido sobre el caso.

Quizá sin imaginar las consecuencias que tendría su decisión, el juez ordenó al Registro Civil cambiar el nombre y género en la partida de nacimiento de Luna. Con ello logró la primera rectificación de un certificado de ese tipo a tan temprana edad en agosto de 2016.

Aunque entre los padres de niños transgénero hay algunos que prefieren que el cambio legal se realice hasta cumplir la mayoría de edad, quienes apoyan a sus hijos también piden respaldar el proyecto de ley de Bachelet. Asimismo, insisten en la necesidad de ganar visibilidad para que los menores puedan desenvolverse con normalidad y eviten sufrir discriminación.

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