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septiembre 1, 2017 | 181 vistas

VENECIA, Italia, agosto 31 (Agencias)

Cuando William Friedkin rodó una de las obras de culto del cine de terror, “The Exorcist” (1973), no había asistido a una lucha con el maligno, algo que ha resuelto al grabar una del histórico Gabriele Amorth, presentada ayer en Venecia.

“Cuando hice la película no había visto nunca un exorcismo, nos lo inventamos. Era mitología pero esto fue real”, dijo en una rueda de prensa en el Festival de Venecia, donde presentó un documental sobre el padre Amorth, histórico exorcista de Roma fallecido hace un año.

En la cinta, que ha generado gran expectación, Friedkin presenció el exorcismo oficiado por el sacerdote italiano, que, al admirar su célebre obra, le invitó con la condición de que asistiera sin luces, sin ayudantes y únicamente provisto de una pequeña cámara de vídeo.

El resultado es un documental que repasa la vida del célebre exorcista y narra el caso de Cristina, una joven de treinta años de un pueblo cercano a Roma que asegura estar poseída por el diablo y que se somete, esta vez ante la cámara, a su novena sesión.

Estremecen sus convulsiones al escuchar los rezos y las plegarias del sacerdote y de sus propios familiares, sus gritos de pánico y la voz con la que, entre alaridos, ella misma se presenta como Satanás.

“Estoy convencido de que lo que he visto era todo real. La película era todo ficción, los gestos de los personajes, del cura, eran ficticios. No hay nada de malo en ello. Pero en este caso, estábamos ante una realidad y teníamos miedo”, reconoció.

A pesar de que los gritos de Cristina tienen cierta cadencia cinematográfica, hasta parecer deformados, Friedkin aseguró que la voz no ha sido trucada en absoluto y que, de hecho, la encargada del montaje de la película “quedó muy sorprendida”.

“He visto que el mundo podía ser dominado por el mal, que puede golpearnos sin advertirnos”, refirió, para asegurar después que “un exorcismo no es un espectáculo”.

Friedkin encomió la figura del padre Amorth, exorcista jefe de la diócesis de Roma hasta su muerte, el 16 de septiembre del 2016, y destacó su ironía y sentido del humor, que quedan patentes en la grabación, al mostrar al cura haciendo gestos de burla al diablo.

En su opinión, Amorth “no trataba el diablo como una potencia superior del mal, sino como un idiota, un estúpido”.

Friedkin, afirmó que ha visto “cosas en muchas partes del mundo” que le han sorprendido, como el budú, pero que nunca creyó que “hubiera algo de auténtico en el exorcismo” hasta que conoció a Amorth.

Por esa razón, exhortó a huir del escepticismo, una postura a su parecer “muy fácil”, cómoda, y animó a adoptar una conducta de curiosidad ante lo desconocido.

El documental lleva por título “The Devil ant Father Amorth” y se ha presentado fuera de concurso en la “Mostra” de cine de Venecia, que llegará a su fin el próximo nueve de septiembre.

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