abril 19, 2024
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septiembre 7, 2017 | 129 vistas

LOS ANGELES, E. U, septiembre, 6 (AP)

Stephen King es el escritor vivo con más obras llevadas a la pantalla.

Más de 60 de sus novelas y cuentos cortos han sido adaptados al cine y la televisión en los últimos 40 años, con una cosecha abundante de estrenos recientes y próximos.

Una versión cinematográfica de la saga “The Dark Tower” (“La Torre Oscura”) y una adaptación televisiva de «Mr. Mercedes» salieron en agosto. Netflix estrenará su adaptación de la novela de King “Gerald’s Game” (“El juego de Gerald”) a fines de mes y una de su novela corta “1922″ en octubre. Una versión de su épica de terror “It” (“Eso”) llega a la pantalla grande el viernes.

El celebrado autor, que cumple 70 años este mes, conversó sobre sus experiencias más aterradoras como escritor y sobre cómo Hollywood maneja su trabajo:

 

¿Qué tan importante es que esas adaptaciones sean fieles a la obra original?

King: Bueno, para mí no es tan importante, realmente. Creo que son mejores cuando se apegan a los libros porque, no sé, siento interés como su dueño. Siempre pienso que algunas de las adaptaciones que no funcionan tan bien son aquellas en las que compraron el concepto básico pero dijeron, “bueno, le vamos a cambiar esto y aquello”.

“Siempre siento un poco como que compraron mi plataforma de lanzamiento y pusieron su propio cohete, y a veces el cohete ha explotado… Las que más me gustan son las que se apegan más a la historia, aquellas en las que veo cambios y cosas que han sido alteradas me digo a mi mismo, “desearía haber pensado en eso”.

 

¿Siguen sintiéndose suyas estas historias una vez que han sido adaptadas?

King: Sí, siguen sintiéndose mías. “It” se siente muy mía porque se mantiene cercana al libro… Y lo lindo de “It” es que como cinta de terror funciona. Pero la única razón por la que una historia como esta funciona, es que a uno le llegan a importar las personas involucradas. Quiero decir, uno va a ver una película como “Viernes 13” y vamos a ser sinceros, uno está esperando ver a 12 jóvenes bien parecidos ser asesinados de 12 maneras interesantes. Esta película no es así. ¡Uno no quiere ver a nadie morir! Uno quiere que sobrevivan.

 

¿Alguna vez se aterroriza a usted mismo escribiendo?

King: Sí, de vez en cuando. Hay un par de escenas en “It” que no están en la película… Hay una escena en el libro en la que encuentran un basurero con un montón de electrodomésticos desechados y hay un refrigerador… A todos nos han dicho: si estás jugando y ves un refrigerador desechado no te metas, porque los niños pueden meterse y quedar atrapados y morir. Así que puse un refrigerador desechado en el libro y cuando uno de los niños abre la puerta, está lleno de sanguijuelas que comienzan a salir… Eso me asustó, así que, claro que sí. Pero muchas veces uno se siente más poderoso que asustado porque es el que está diseñando los sustos.

 

Resulta sorprendente que pueda asustarse a sí mismo sabiendo lo que está por venir.

King: Es un poco diferente conmigo porque soy un escritor instintivo; no planeo mucho por adelantado. Sé hasta cierto punto a dónde voy, pero dejo que los detalles aparezcan mientras avanza la historia. Así que un par de veces he logrado asustarme a mí mismo. Cuando estaba trabajando en “El resplandor” y escribiendo sobre la mujer en la habitación 217, cuando el pequeño Danny entró y la vio en la bañera me asusté muchísimo.

 

¿Le gusta cuando eso sucede?

King: No en particular, pero es una experiencia intensa. En cierto modo sí me gusta, hay algo excitante al respecto. Pero así es con cualquier tipo de ficción de terror, sea un libro o una película: es estimulante porque, por un lado, uno sabe que está seguro, pero por el otro, cuanto más fuerte la imagen, más aterradora es. Es como construir las atracciones de un parque de diversiones.

 

Muchos lo consideran uno de los grandes narradores de nuestra era, en la tradición de Edgar Allan Poe o Nathaniel Hawthorne. ¿Se considera a sí mismo en ese contexto?

King: He leído a toda esa gente y respeto su trabajo, y yo hago mi propio trabajo lo mejor que puedo. Trato de no pensar demasiado en el pasado porque hay tanto en qué pensar. Y cada vez que oigo que influí en alguien o que hice que alguien quiera ser narrador, eso me hace feliz.

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