abril 20, 2024
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septiembre 9, 2017 | 150 vistas

MIAMI (AP) — Mientras se acaba el tiempo para poder escapar, el huracán Irma se acercaba el sábado a Florida con vientos de 209 kilómetros por hora (130 mph), luego de un cambio de curso. Su ojo amenazaba con tocar tierra en Tampa.

“Tienen que irse, no esta noche, no en una hora sino ahora mismo”, advirtió el gobernador de Florida Rick Scott a los habitantes de las zonas que se encontrarían en el paso de la tormenta.

Los meteorólogos pronostican que el vórtice llegará a tierra el domingo cerca de los Cayos de Florida y que luego subirá junto a la costa del estado en el Golfo de México antes de entrar en el área de Tampa Bay, primer impacto directo en la zona en casi un siglo.

Se espera que el centro de Irma no pase por el área metropolitana de Miami, hogar de 6 millones de personas, donde durante días se creyó que habría un impacto directo. Sin embargo, la zona será castigada por peligrosos vientos huracanados, dijo el portavoz del Centro Nacional Huracanes Dennis Feltgen.

El sábado por la mañana, los vientos externos de Irma llegaron al sur de Florida, donde muchos residentes se apresuraban a evacuar la zona. Los vientos estaban llegando a áreas como Cayo Vizcaíno y Coral Gables.

Se espera que Irma gane fuerza al acercarse a Florida.

El alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, dijo que 19 mil casas en el condado se quedaron sin electricidad antes del mediodía, incluyendo la suya propia.

En Cayo Hueso, Carol Walterson Stroud, de 60 años de edad, buscó refugio en un centro de ancianos con su esposo, su nieta y su perro. Las calles estaban casi vacías, las tiendas estaban cerradas y el viento comenzó a soplar. «Esta noche, estoy sudando», dijo. «Esta noche, estoy muerta de miedo», agregó.

En una de las mayores evacuaciones ordenadas en la historia de Estados Unidos, unos 6,5 millones de personas _ más de la cuarta parte de la población del estado _ recibieron instrucciones de evacuar sus residencias. Y otras 540 mil deberán dejar la costa de Georgia. Las autoridades abrieron centenares de albergues para personas que no querían irse del área. Hoteles tan lejos de la zona como en Atlanta se llenaron de refugiados.

«Si usted planea irse y no lo hace esta noche, tendrá que hacerlo en medio de esa tormenta tan peligrosa por su propia cuenta”, dijo Scott en su dramática exhortación.

Los meteorólogos ajustaron el rumbo potencial de la tormenta más hacia la costa occidental de Florida, lejos del área de Miami, lo que significa “una tormenta menos costosa, menos mortífera”, dijo Brian McNoldy, de la Universidad de Florida.

No obstante, los meteorólogos advirtieron que los vientos con fuerza de huracán tienen un alcance tal que pudieran alcanzar de costa a costa, probando la efectividad de los códigos de construcción adoptados en la última década.

Las evacuaciones estaban afectadas por escasez de gasolina y atolladeros de tráfico, que tornaban viajes simples en odiseas. Partes de las carreteras interestatales 75 y 95 estaban atestadas, al tiempo que había muy pocos coches en las carrileras hacia el sur.

En el condado Palm Beach, en la costa del Atlántico, las calles estaban casi desiertas el sábado, cuando llegaron los primeros aguaceros asociados con la tormenta. Las estaciones de gasolina se quedaron sin combustible y apenas unos pocos restaurantes de comida rápida estaban abiertos.

En agosto de 1992, el huracán Andrew, una tormenta de Categoría 5, azotó el área de Miami con vientos de hasta 265 kph (165 mph) que destruyeron o dañaron más de 125 mil viviendas. Casi todas las casas remolque en su sendero fueron arrasadas. La tormenta dejó al menos 40 muertos y daños de 26 mil millones de dólares.

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