marzo 29, 2024
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septiembre 19, 2017 | 150 vistas

Diego López Bernal/ Mauricio Zapata.-

Cd. Victoria, Tam.- Como parte de las acciones para prevenir desastres provocados por la naturaleza, el Sistema Nacional de Protección Civil, dependiente del Gobierno federal, coordinó simulacros de sismo e incendio en edificios públicos de Tamaulipas.

Estas acciones se llevan a cabo en el marco del Día Nacional de Protección Civil que se conmemora en México cada 19 de septiembre, en recuerdo de los sismos que devastaron la Ciudad de México en 1985.

Durante toda esta semana se realizarán acciones de este tipo, con el fin de crear una cultura de prevención, además de capacitar a la ciudadanía para saber qué hacer ante una emergencia de este tipo.

Tan solo ayer en Ciudad Victoria se realizaron tres acciones de simulacros: Uno en las instalaciones del Instituto Nacional de Geografía e Informática (Inegi), otra en la sede del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y la tercera en una guardería del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

Estos simulacros, dio a conocer Protección Civil (PC), son ejercicios para poner a prueba en un ambiente controlado el Plan de Emergencias de cada inmueble, evaluar las brigadas y corregir los puntos que se considere deficientes.

Existen varios tipos de simulacros, tanto con aviso previo como sin él, también hay de gabinete y de campo, y puede variar de acuerdo a la hipótesis de la emergencia, que pueden ser desde incendio y fuga de gas hasta amenaza de bomba o cualquier fenómeno natural u originado por el ser humano que pudiera amenazar a la población de determinado inmueble.

Personal de la Coordinación de Protección Civil del Estado evaluará estos simulacros y emitirá un reporte con las observaciones detectadas, para la mejora de los planes de emergencia de las entidades evaluadas.

Entre las actividades que se dan está la de sonar una alarma que indica que en ese momento está sucediendo una emergencia, ante lo cual personal de PC coordina la evacuación y atención de los supuestos heridos.

Estos simulacros continuarán esta semana; para este martes se hará uno en Palacio de Gobierno y el jueves en la Torre Bicentenario de Ciudad Victoria.

 

DÍA NACIONAL DE PROTECCIÓN CIVIL

En el Diario Oficial de la Federación (DOF), con fecha del 19 de septiembre de 2001, y siendo presidente de la República Vicente Fox Quezada, la Secretaría de Gobernación (Segob) publicó el “decreto por el que se declara Día Nacional de Protección Civil, el 19 de septiembre de cada año”.

Lo anterior, considerando “que la experiencia de México en materia de la protección civil tiene su desarrollo más importante a partir del desastre ocasionado por los terremotos del mes de septiembre de 1985, ya que en esa ocasión se puso de manifiesto la necesidad de contar con un instrumento administrativo de cobertura nacional que permitiera integrar y coordinar la respuesta de todos los sectores sociales en caso de presentarse nuevos desastres (…)”.

Además de que “la Comisión Permanente del Congreso de la Unión emitió un acuerdo el 22 de agosto de 2001, en el que solicitó al Ejecutivo federal que el día 19 de septiembre de cada año, fecha en que se conmemoran los sismos del mes de septiembre de 1985, sea considerado Día Nacional de la Protección Civil”.

Desde entonces, cada 19 de septiembre se celebra de manera oficial en nuestro país el Día Nacional de Protección Civil, fecha que se conmemora con un esfuerzo colectivo entre dependencias y cuerpos de auxilio, para llevar a cabo simulacros de contingencias, sobre todo en edificios públicos del Gobierno federal y de los estados y municipios.

 

TESTIMONIO EN CIUDAD VICTORIA

Miguel tenía 16 años cuando fueron sorprendidos por el sismo de 1985; aquella mañana toda la familia aún estaba unida, menos uno de ellos. Su hermana menor se encontraba en el Centro Histórico, en la calle 16 de Septiembre, estudiando en una Academia de Secretariado, lejos de su hogar, ubicado al sur de la ciudad.

La información rápidamente corría y las noticias de las terribles afectaciones en el lugar donde se encontraba la jovencita de 14 años pusieron a todos en alerta, intentando junto a sus hermanos llegar hasta el lugar, lo que resultó imposible, pues ya había muchas vialidades cerradas, principalmente las que llevaban a la zona de mayor devastación.

“Mi hermano el mayor finalmente la localizó cerca de nuestra casa y nos dirigimos a ella; su testimonio sobre lo que vivió en su escuela nos conmovió, pues pudo ver cómo estallaban ventanas y transformadores, pero finalmente pudo salir a pie de la zona por el Eje Central”, narra Miguel.

La televisión y la radio fueron los medios más importantes para mantenerse informados en aquel largo día del 19 de septiembre; al caer la noche vieron algo que nunca les había tocado vivir: observar a la gran ciudad prácticamente en penumbras, lo cual se agudizó al día siguiente con la réplica.

“El día 20 nos tocó ver en la noche cómo empezó el movimiento y cómo explotaban los trasformadores, viendo cómo la ciudad se sumía en la oscuridad, al haber cada vez menos corriente eléctrica”, señala al momento de recordar aquellas difíciles horas, sobre todo al escuchar las narraciones de familiares, vecinos y amigos.

A algunos, por ejemplo, les tocó estar dentro del metro cuando sucedió el sismo del 19 y veían tambalearse los vagones, mientras que otras personas, enfermeras del Centro Médico Nacional, narraron su experiencia amarga al ver a tantos pacientes que perdieron la vida, incluso bebés que quedaron bajo los escombros.

“A raíz de eso mi hermano y un cuñado fueron contratados por la empresa ICA para hacer la reconstrucción del Centro Médico y ya pasados los días que se consideraban prudentes para encontrar personas con vida, les tocó encontrar cuerpos entre los escombros; ni los perros entrenados que trajeron de Francia pudieron localizarlos”, señala.

 

EL ÉXODO Y LA LECCIÓN

Para Miguel fue algo muy significativo ver cómo inició el éxodo de muchísimas familias para dejar la Ciudad de México y comenzar una nueva vida, en urbes con poca actividad sísmica. “Atrás dejamos los albergues improvisados, con láminas de cartón… fue muy difícil”, narra quien ahora se considera victorense por adopción.

Sobre los simulacros que se realizan en estos días, para él, que le tocó estar en la capital mexicana en aquellos momentos aciagos, es muy importante tomarlos con la seriedad que revisten los esfuerzos que hace el Sistema Nacional de Protección Civil, por lo que hace un llamado a la población para aprender de la lección que nos dejó el sismo del 85.

“Mi recomendación es que atendamos todos los avisos que hacen los organismos de Protección Civil, porque ellos tienen la experiencia sobre este tipo de eventos. Siempre que se tiene la experiencia de salir de un edificio en un sismo o incendio, se puede: uno, evacuar de manera satisfactoria o, dos, buscar la mejor manera de resguardarse”, señala,

“Ellos saben cuáles son las estructuras más sólidas o qué posición tomar en caso de un terremoto; igual en caso de un incendio nos dicen qué debemos hacer para tener mejores oportunidades de sobrevivir. Importantísimo no salir corriendo”, menciona Miguel.

De esta manera toma otra dimensión la importancia de los simulacros que año con año se realizan a lo largo y ancho del país, desde aquel año de 2001, cuando la Presidencia de la República decretó el Día Nacional de la Protección Civil. Quienes han vivido una experiencia como Miguel, saben de la importancia que tienen.

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