México, 27 Sep (Notimex).- El sismo de 7.1 grados que sacudió a la Ciudad de México y entidades vecinas hace una semana dejó a muchas personas sin casa y viviendo con lo que la gente les está brindando; sin embargo, los afectados no quieren estar así permanentemente.
Algunos de los damnificados tuvieron que pasar por varios sitios y hospitales antes de llegar a un albergue en el que pudieran estar, y ver, aceptar y planear su nueva realidad.
Carlos Careaga y Agustina Delgado tuvieron que dejar sus pertenencias, debido a que la casa que rentaban en la colonia Valle Gómez, en la delegación Venustiano Carranza, se vino abajo.
«Estábamos en casa cuando comenzó el temblor. No sabíamos que se nos iba a caer la pared, y se empezaron a caer unos tabiques encima de nosotros, pero gracias a Dios no perdimos la conciencia», recuerda la señora Agustina.
Después de salir de lo que fue su casa, la pareja recibió ayuda de un policía y los canalizó a un hospital de Tepito en donde recibieron asistencia y medicamentos, pero como no tenían modo de hacer tomografías, los enviaron a otro lugar.
«En Tepito nos atendieron rápidamente, pero como no tenían un aparato para hacernos una tomografía, nos mandaron para La Villa, pero tampoco tenían el aparato y nos enviaron a otro hospital», narra la señora.
Refiere que luego de recibir la atención médica que requerían con los recursos disponibles en ese momento en los lugares a los que acudieron, los afectados tuvieron que buscar en dónde pasar la noche.
«Ya era de noche, andábamos en la calle y no sabíamos qué hacer, no sabíamos dónde ir, y un policía nos dio la atención y nos mandó aquí, donde la jefa, la señora Ángela nos recibió», agrega.
En el albergue que instalaron en la Casa del Peregrino permanecen 10 personas sin hogar, y con la ayuda que han recibido de la gente que apoya con donaciones, sobrellevan su nueva realidad.
«El medicamento que hemos recibido nos lo han dado aquí en el albergue, quienes sólo nos han apoyado es la gente. Le agradecemos mucho a la gente por todo el apoyo que nos han dado», comenta.
Interesados ya en reconstruir sus vidas y en ayudar a los demás, Carlos y Agustina sólo piden la oportunidad de trabajar y de obtener un lugar en dónde vivir.
«Lo único que le pedimos al gobierno es que nos apoye, no queremos nada regalado. Nosotros perdimos todo, perdimos el trabajo porque laborábamos en casa», señala Carlos.
La pareja de damnificados da cuenta de la unidad y el apoyo que caracteriza a los mexicanos, y expresa su deseo de apoyar a otras personas en las mismas condiciones, una vez que vean cómo es que cubren poco a poco sus propias necesidades, pues «nosotros tenemos que estar unidos y con más fuerza para que podamos ayudar a otras personas», dice.
En cuanto a insumos, el albergue de la Casa del Peregrino, ubicado en Eje 5 Norte, Calzada San Juan de Aragón 63, Villa Gustavo A. Madero, está cubierto, aunque sigue faltando apoyo para que aquellos que perdieron su hogar empiecen a reconstruir su vida.
