abril 19, 2024
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noviembre 5, 2017 | 139 vistas

HOUSTON (AP) — El gobierno federal estadounidense dejó en libertad a una niña de 10 años con parálisis cerebral que fue detenida por agentes fronterizos después de una cirugía debido a que está sin permiso en el país.

Rosa María Hernández fue entregada a su familia, afirmaron el viernes la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y el representante federal Joaquin Castro. Sus padres la trajeron a Estados Unidos en 2007, cuando era apenas una infante, y viven en la ciudad de Laredo, Texas.

Un primo de la menor que es ciudadano estadounidense la llevó a un hospital de Corpus Christi el 24 de octubre, donde tenía programada una cirugía de emergencia. Para llegar ahí, a unos 240 kilómetros (150 millas) de Laredo, tuvo que pasar por un retén operado por la Patrulla Fronteriza.

Los agentes fronterizos los siguieron hasta el hospital. Después de la cirugía fue tomada bajo custodia de la Patrulla Fronteriza y llevada a instalaciones de detención en San Antonio, donde estaba bajo el resguardo del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés).

Los agentes de la Patrulla Fronteriza dijeron que no tuvieron otra opción que detener a Rosa María, bajo el argumento de que bajo la ley federal se le consideraba una menor sin acompañante, en forma similar a un niño que ingresa solo a Estados Unidos de manera ilegal.

La ACLU demandó el martes al gobierno a nombre de Rosa María, argumentando que el gobierno federal violó la ley federal sobre menores sin acompañante y estaba poniendo en riesgo la salud de Rosa María al no enviarla a su casa.

“Nunca debió estar en esta situación, para empezar”, dijo el viernes el abogado de la ACLU Michael Tan.

Aunque Rosa María se ha reunido con su familia, aún enfrenta la posibilidad de ser deportada. Tan dijo que la Patrulla Fronteriza había emitido una notificación a Rosa María para que se presentara en la corte de inmigración, pero que el caso aún no había avanzado.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), que supervisa a la Patrulla Fronteriza, se negó a hacer comentarios. El HHS se negó a comentar sobre el caso de Rosa María, pero dijo que la agencia se enfoca “en la seguridad y bienestar de cada niño”.

Leticia Gonzalez, abogada de la familia, indicó que la niña tiene la capacidad mental de un niño de entre 4 y 5 años debido a la parálisis cerebral que padece. Priscila Martinez, activista del Fondo de Acción por la Defensa de los Trabajadores, dijo que mientras estuvo detenida, Rosa María mostró indicios de retraerse socialmente y se negó a comer su pan favorito.

Las autoridades federales de inmigración han sido objeto de fuertes críticas de activistas y de algunos congresistas demócratas de Texas por la forma como manejaron el caso. Pero la CBP indicó en un comunicado emitido después de que Rosa María fue detenida que “con relación a la ley, no hay discreción en torno a si los agentes deberían hacerla respetar o no”.

Gabriel Acosta, subjefe de agentes en el sector Laredo de la Patrulla Fronteriza, dijo que sus elementos habían “actuado profesionalmente y con compasión para hacer que esta niña recibiera la atención médica que necesitaba”.

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