abril 23, 2024
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noviembre 26, 2017 | 1127 vistas

Shalma Castillo.-

“Maestrito de escuela… un torpe que nada sabe de cierto, haragán, irresponsable, vago, pobre… un majadero”…

Huérfano de padre desde muy pequeño, Manuel Rogaciano Ruiz Herrera tenía clavada la espinita de ser maestro.

Nativo de El Encino, comunidad rural del municipio de Llera de Canales, escapó de la suerte que le depara a la mayoría de los pobladores de ese lugar, ser labriegos y trabajar en el jornal la mayor parte de su vida.

Ingeniero Industrial egresado del Tecnológico de Monterrey, hoy es maestro bilingüe en High School en Dallas Texas. Sus alumnos han alcanzado por dos años consecutivos los más altos promedios, con un 95 y 97 por ciento de aprovechamiento.

Aparte del castellano, aquel joven estudiado hasta telesecundaria en El Encino, y después en el Cbtis 24 de esta Capital y posteriormente en Monterrey y ahora estar en Dallas, habla inglés, alemán y da sus primeros pasos para aprender el francés.

Ha viajado por 12 países y recorre otras ciudades de Estados Unidos con la intención de seguir aprendiendo; de hecho, estudia una maestría en Educación de las Matemáticas y encamina sus pasos a un doctorado.

“Así me dijo mi padre, y yo que mucho lo quiero, baje la frente y salí diciéndole… estoy de acuerdo, yo seré lo que usted diga, en verdad… se lo prometo… pero ya no esté enojado pues le hace daño… y me apeno”…

Manuel tiene ya tres años y medio en Dallas, Texas, siendo el mejor maestro en su materia en el distrito escolar en donde está.

“Yo siempre había querido ser maestro, desde que estaba en la primaria mis maestros me decían que iba a ser maestro”.

Algo que le marca la vida es que cuando estaba en sexto de primaria participa en un concurso académico donde van a saludar al presidente de la República, en ese entonces Ernesto Zedillo; “fui de los seleccionados, de los mejores 18 de Tamaulipas y yo era de escuela rural y desde ese evento académico me doy cuenta que quiero ser maestro”.

Después estudia en la telesecundaria Aarón Sáenz Garza, donde concursa en eventos académicos y los tres años obtiene el primer lugar estatal en nivel telesecundaria.

Posteriormente, se muda a Victoria y cursa en el Cbtis 24, ahí decide entrar al grupo de excelencia de matemáticas; “siento que ahí le agarré amor a las matemáticas”.

Cuando entra al Cbtis, Manuel se entera que hay una beca de excelencia para estudiar en el Tecnológico de Monterrey.

La beca era del 90 por ciento, pero solamente se lo daban al primer lugar de la generación… “yo venía de telesecundaria, donde éramos 40 alumnos y en el Cbtis casi mil alumnos, y yo quería ser el número uno, pero siempre dije que para lograrlo tenía que trabajar duro, porque iban los mejores estudiantes de Victoria…

Yo no conocía el Tec de Monterrey cuando estaba en telesecundaria, pero en Victoria era muy famoso, entonces me lo propuse desde el primer año para aplicar para esa beca, echándole muchas ganas, aunque me costara trabajo, fue un proceso diferente al que me tuve que adaptar, pero finalmente lo logro, fui el primer lugar de generación y me gano la beca”.

Le dan la beca del 90 por ciento, sin embargo ese diez restante era imposible, pero su madre, la mujer que siempre lo ha apoyado en toda su vida, fue quien busca las alternativas para poder lograrlo.

“Mi mamá siempre me ha apoyado en mis decisiones, me faltaba el diez por ciento y buscamos al Gobernador, en ese entonces Tomas Yarrington, le presento mis calificaciones y me dijo que ‘claro que sí’, me firma una carta y se me apoya con el diez por ciento y un poco más para la manutención”.

En el Tec estudia la carreta de ingeniero industrial, también ahí tiene la oportunidad de estar becado de intercambio en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos.

Después regresa y le dan otra beca para irse un año a Alemania, finalmente se gradúa en Monterrey y trabaja como ingeniero cuatro años.

“Pero yo tenía mi espinita de que quería ser maestro, de hecho cuando estaba en el Tec mi servicio lo hice dando clases y donde trabajaba como ingeniero hice un grupo de voluntarios con más compañeros que apoyábamos a los operadores a terminar la primaria y secundaria, les dábamos clases después de trabajar, y presentaban examen en INEA y les daban su certificado”.

Es ahí cuando decide aplicar un examen para irse a trabajar como maestro.

“De aquí de Dallas fueron a reclutar maestros a México, porque hay escasez de maestros bilingües de matemáticas y ciencias, fueron al Tec de Monterrey y en ese entonces aplicamos 43 y quedamos solamente tres personas”.

Y desde hace tres años y medio da clases de matemáticas en la High School de Dallas, recuerda que cuando termina el primer año sus compañeros le dicen que no podían creer que no había estudiado para maestro porque le fue muy bien.

El segundo año lo ponen a dar la clase de matemáticas más importante en la escuela, “aquí en Texas la forma en que miden el rendimiento de maestros y directores es a través de exámenes estandarizados…

En matemáticas hay un examen de álgebra que tienen que presentar todos los alumnos de High School para poderse graduar, es la forma que miden el rendimiento de escuelas y cada escuela tiene un porcentaje de aprobación en cinco materias…

Y en la clase de matemáticas fui el maestro con el porcentaje más alto de alumnos en mi distrito escolar, el promedio que pasan en el distrito es de 50 por ciento y yo logro sacar 95 por ciento”.

En el tercer año lo ponen como jefe de maestros de matemáticas en su escuela.

Manuel dice que la base para ser un buen maestro es la motivación a los alumnos.

“Muchos estudiantes dicen que no son buenos en la materia y yo siempre trato de buscar en qué son buenos en matemáticas y les hago que ellos vean y crean en sí mismos…

Y tú, como maestro, ves que el alumno se motiva y cree que es exitoso, el alumno intenta lograr más, yo siempre los motivo y si hacen algo bueno se lo reconozco en la clase”.

Dice que cuando son adolescentes pasan muchos problemas con los padres, en la casa y siempre se les dice lo malo, pero pocas veces les reconocen lo bueno; por eso él siempre les reconoce lo bueno que hacen.

“El año pasado tres niñas me dijeron que querían ser maestras de matemáticas como yo, y eso a mí me llena de satisfacción, porque logras trasmitirles la pasión que sientes y ese es uno de los objetivos”.

Otra cosa que ha marcado su vida es cuando lo mandan a una convención donde fueron los mejores maestros de todo Estados Unidos, y tiene la oportunidad de conocer al Secretario de Educación en el Gobierno de Barack Obama.

“Algo que no se me olvida es el discurso que da el Secretario, es un líder, un maestro en educación, quien ha trabajado muy duro, ha creado escuelas y hecho muchas cosas más”.

Manuel dice que a largo plazo le gustaría regresar a México y compartir todo lo que está aprendiendo como maestro, desde estrategias nuevas que están funcionando en todo el mundo para enseñarlas en un futuro; “me gustaría ser secretario de Educación de Tamaulipas, pero la política en México es muy difícil y aquí echándole ganas uno sale adelante fácil, en México es difícil sobresalir”.

“Entonces salí, vagué por las calles, por las huertas, por el jardín, por la placita, por la iglesia, pasé por una escuela y miré a muchos niños sin maestros… También vi a las mujeres sin huaraches, cargando la leña del cerro, y esos niños… esos niños hurgando entre los basureros. Recogí entre mi alma, a esa gente de mi pueblo…y los metí aquí dentro, en mi corazón… Y entonces pensé: Si me aferro a ser licenciado, médico, contador o ingeniero, ¿Cómo iba a despertar la conciencia de mi pueblo?, ¿En qué los voy a ayudar siendo licenciado? Tal vez no podría darles amor, justicia o palabras de consuelo. No podría yo ofrecerles gran cosa, para calmar su tormento”.

Manuel piensa que Estados Unidos es el país de las oportunidades.

“Aquí el que le echa ganas puede salir adelante, yo tengo alumnos hispanos y veo una gran diferencia a los alumnos nacidos aquí, que se creen que lo tienen todo y los que no se esfuerzan al doble”.

Si eres el mejor de tu preparatoria cualquier universidad te abre las puertas, “el año pasado una alumna de una escuela de aquí de Dallas fue la número uno de su escuela y le ofrecieron beca en las mejores ocho universidades de Estados Unidos y cuando da el discurso menciona que no tenía papeles”.

El no ser americano los hace trabajar más duro para tener oportunidades y tratar de ser el mejor.

“En mi caso me vine con visa de trabajo y es muy difícil obtenerla, y tengo que esperar seis años por si mi escuela quiere hacerme residente y gracias a que me fue bien el segundo año, me están arreglando el proceso de hacerme residente…

El jefe de la región escolar me quería dar el puesto de maestro especialista, que es el que se encarga de supervisar a todos los maestros de matemáticas de un distrito escolar…

Pero hablamos con el abogado y me dijeron que no podía trabajar en eso, porque la visa de trabajo que me dieron era para maestro y por ley no puedo hacer otro trabajo…

Y el abogado dijo que lo que convenía era hacerme residente y la escuela ya está en proceso de eso y no tuve que esperarme más años”.

“Aquí uno le echa ganas y uno brilla, en México tienen que pasar años y años y años y conocer palancas para que puedas ser director o supervisor, allá no me hubiera visto así como aquí”.

“Si quiere que sea feliz, y desea que sirva al pueblo, si quiere que colabore para mejorar a México. Si usted quiere que mi vida la dedique a lo que quiero, luchando por la igualdad, por la ciencia y El Progreso, deje padre mío que yo tenga la profesión con que sueño. Si ya mi hermano es doctor, y el mayor es ingeniero, ¿Por qué no permite usted que yo… sea maestro?…

El maestro nos comparte la admiración que siente su mamá, ella ha sido todo su apoyo y quien ha influenciado mucho en su vida, “es una mujer muy luchadora y siempre ha sido el ejemplo de nosotros de trabajar y nos decía que estudiáramos, que la oportunidad que ella no tuvo nosotros podíamos hacerlo, ella era para mí y para mis hermanos nuestro modelo a seguir”.

También, Manuel nos comparte sus pasiones, que además de ser maestro y enseñar matemáticas, le gusta mucho viajar, actualmente lleva 12 países recorridos; Alemania, España, Italia, Francia, Eslovaquia, Austria, Irlanda, Inglaterra, Portugal, Suiza y Polonia, y cada que tiene oportunidad visita lugares en Estados Unidos.

Recomienda a todos los jóvenes que quieren salir de su ciudad o país para destacar y cumplir sus sueños, que le echen ganas a la escuela y al inglés, ya que eso es lo que a uno les abre la puerta para poder trabajar o estudiar en otros países.

“Anda hijo mío… vete ya. México espera tu esfuerzo. Te espera el hombre ignorante, y los niños macilentos. Yo aquí me quedo esperando, con orgullo verdadero, porque sé que cumplirás ser prestigiado maestro. Anda hijo mío… vete ya, que si de momento muero, con orgullo gritaré: Mi hijo es… Maestrito de Pueblo.”

 

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