CARACAS (AP) – Luego de cuatro horas de protesta en la entrada de un tribunal al este de Caracas, familiares de los siete integrantes del grupo rebelde liderado por la expolicía venezolana Oscar Pérez, que falleció en un inicio de semana en una operación de las fuerzas de seguridad, lograron ingresar al campo y se aglomeraron en los alrededores de las tumbas de José Díaz Pimentel y Abraham Agostini, donde entierran el lugar nacional y colocan una bandera venezolana para honrarlos.
Díaz Pimentel y Agostini fueron enterrados de manera controlada por las autoridades y entre las protestas de sus familiares, a los que se les había impedido el acceso, se les había presentado el sábado una diputada opositora.
La presidenta de la comisión parlamentaria que investiga el caso, diputada Delsa Solórzano, confirma la información en The Associated Press. Solórzano agregó que el cuerpo de Pérez y otras cuatro personas que murieron en la operación «Todos están en (la morgue) en Bello Monte», en el sureste de la capital.
Los familiares de Pérez se trasladaron a la morgue capitalina para constatar si el cuerpo efectivamente se encuentra en el lugar.
«¿Quién dijo que querías que tuviera un hijo para allá? ¿Qué es lo que quiero para entrar? ¿Cuándo quieres? «, Dijo horas antes que la madre de Pérez, luego que se difundió una declaración de una canción de la expulsión en la que se estaba preparando para ubicar al cementerio. el cuerpo de su sobrino.
Aminta Pérez dio esta declaración a través de un video que difundió en Twitter. Horas antes se dio a conocer que Pérez murió de un disparo en la cabeza.
De acuerdo con una legisladora de la oposición, el tiro abre la posibilidad de pensar en un ajusticiamiento.
Más temprano, Aura Pérez, tía del expolicía, dijo un portal de noticias que su sobrino fue sacado sin su autorización de la morgue y llevado a un cementerio para enterrarlo en privado. Mientras que esta declaración, la mujer iba a bordo de un vehículo para tratar de llegar al cementerio donde estarían los restos, aunque el campo había sido tomado por guardias con equipos antimotines.
Asimismo, el portal de Te lo cuento Noticias se difundió en su cuenta de Twitter un video en el que se observó una mujer vestida de negro y una mascota de un sacerdote sobre el tema de un hombre que presumiblemente era una de las siete personas que murió en la operación.
Varios centenares de opositores se concentraron en una pequeña plaza del este de la capital para protestar por la muerte de Pérez y sus compañeros, y llamaron a una marcha hacia el cementerio donde estaban enterrados dos de los miembros del grupo.
Según la autopsia de Pérez, que fue difundida por los medios locales, la causa de la defunción fue un «traumatismo craneoencefálico severo (…) herida por arma de fuego disparado a la cabeza».
Las autoridades no han recibido hasta el momento comentarios sobre la causa de la muerte de Pérez y las otras seis personas, entre ellas una mujer, que perecieron el lunes pasado durante un enfrentamiento con militares y policías. La operación ocurrió en la barriada pobre de El Junquito, al oeste de la capital, donde el expolicía estaba escondido.
«Hay un patrón que anuncia la posibilidad de un ajusticiamiento», declaró Solorzano a The Associated Press. Precisó que ese elemento fue incluido en el informe que está preparando la comisión parlamentaria.
Amnistía Internacional y otras organizaciones humanitarias han condenado a la operación en la que han muerto y sus compañeros y han denunciado que las siete personas habrían muerto en una «ejecución extrajudicial» a pesar de haber anunciado su rendición por ser descubiertos por las autoridades en el lugar donde estaban escondidos en el Junquito.
Los familiares de Pérez y las otras personas acudieron a la víspera por cuarto día consecutivo a la morgue capital para retirar los cadáveres pero no se entregaron.
La muerte de Pérez, de 36 años, y sus seis acompañantes fue confirmada esta semana por el ministro de Relaciones Interiores, el alcalde general Néstor Reverol, quien identificó el grupo como «célula terrorista». En la operación de desmantelamiento del grupo murieron dos policías, uno de ellos vinculado al grupo prooficialista «Tres raíces», y otros ocho resultaron heridos.
Pérez se dio un encuentro a mediados del año pasado tras atacar, desde un helicóptero que robó a la policía judicial, las sedes del Ministerio de Relaciones Interiores y el Tribunal Supremo de Justicia.
Seis meses después, el expolicía -que envió varios mensajes a través de las redes sociales para llamar a una rebelión contra el gobierno y algunos miembros de su grupo se asaltaron al comando de la Guardia Nacional, a las afueras de la capital, y al robaron unos 26 fusiles. Tras la acción el presidente Nicolás Maduro ordenó las fuerzas de seguridad intensificando la búsqueda y captura del grupo de Pérez, acción que se concretó el 15 de enero.
