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marzo 5, 2018 | 313 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 4 (Agencias)

Las mujeres iraníes desafiaron el orden social y decidieron quitarse el velo en señal de protesta contra las normas que las obligan a cubrir sus cuerpos. Estas manifestaciones inundaron las redes sociales.

Vida Movahed, una mujer de 31 años, fue la que el 27 de diciembre pasado avivó las llamas de las protestas contra el velo al quitarse su hijab en completo silencio y dejar al descubierto su largo cabello sobre su hombro izquierdo en medio de la avenida Enghelab –que significa Revolución–, una de las principales en Irán. Después fue detenida. Sin embargo, las manifestantes no cesaron.

A finales de enero, la abogada Nasrin Sotude informó que ciudades como Isfahán y Mashhad fueron escenario de al menos siete manifestaciones similares, destacó el periódico español El Mundo. Y las autoridades han detenido al menos a 29 mujeres.

Las acciones de Vida Movahed abrieron una nueva página en el debate sobre los derechos de las mujeres y las restricciones religiosas, como el uso y la obligatoriedad del velo, tras casi cuatro décadas desde la caída del Sha de Irán, Mohamed Reza Pahlevi, y el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.

En ese momento se instauró un régimen teocrático –una forma de gobierno ejercida directa o indirectamente por un poder religioso– y se estipuló que todas las mujeres están obligadas a portar el hijab en sitios públicos, incluidas las extranjeras.

Imene Khelifi, profesora de cultura e idioma árabe de la Universidad del Claustro de Sor Juana, dijo a Excélsior que tras las nuevas protestas éste es el momento en que las mujeres, como ahora lo hacen en Irán, deben pedir que les den la oportunidad de elegir cómo quieren vestirse. “Creo que si la mujer no decide ella misma y se levanta para decir basta, nadie lo va a hacer y los hombres nunca votarán lo opuesto”, puntualizó.

Desde 2016, Irán reforzó la unidad de policía de la moral integrada sólo por mujeres con autoridad para arrestar indiscriminadamente a quienes no cumplieran con  la vestimenta y el comportamiento acorde con los valores islámicos.

Las autoridades decidieron que los efectivos de esta agrupación vistieran de civiles para que fuera difícil identificarlas en las calles, ya que estaban uniformadas con un chador negro, una prenda que llega hasta el suelo y sólo deja descubierto el rostro.

Imene Khelifi, quien es académica de origen argelino radicada en México, explicó que el hijab, palabra que deriva del verbo hajaba que significa disimular, cubrir, esconder, proteger o resguardar, es un traje que se pone la mujer para tapar su cuerpo y su cabello de las miradas de los hombres que no son sus familiares, ya que “en el Islam todo el cuerpo de una mujer se considera aura, un término que se refiere a los genitales o una cosa ajena que no debe mostrarse y se tiene que tapar”.

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