abril 20, 2024
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marzo 7, 2018 | 165 vistas

José Gregorio Aguilar.-

Cd. Victoria, Tam.- En opinión del obispo de la Diócesis de Victoria, Antonio González Sánchez, además de la pérdida de valores, los llamados “matrimonios igualitarios” son uno de los fenómenos sociales que también está afectando a la familia, sobre todo en los últimos años, cuando se ha promocionado mucho este tipo de uniones entre personas del mismo sexo.

“Definitivamente así es la promoción de llamados matrimonios igualitarios, que no son matrimonios esas parejas, pero sí es una de las cosas o de los fenómenos sociales que más está afectando a la familia”.

Indicó que siempre será respetuoso de los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su condición o preferencia sexual, pero el hecho de no reconocer esas uniones no significa que sea discriminatorio; simplemente a esa unión no se le puede llamar matrimonio, reiteró.

“Desde que el mundo es mundo, el matrimonio siempre ha sido entre un hombre y una mujer, el matrimonio es una institución sólida y no tenemos derecho a atentar contra ella”.

Para el líder católico, actualmente la familia ha dejado de ser esa escuela en donde se cimientan los valores entre los hijos y debe ser el espacio propicio en donde se fomenta el amor y se aprende a amar al prójimo.

“La familia es uno de los valores que ha perdido más importancia o valor, valga la redundancia; la familia, que debe de ser una escuela de amor, porque ahí es donde deben aprender a amar a los demás, pero eso se ha perdido sobre todo entre los jóvenes”.

Asimismo, consideró que la crisis en la que se encuentra la familia como célula de la sociedad, también tiene su origen en el poco interés que las nuevas generaciones de jóvenes demuestran para contraer nupcias, debido quizá a que lo que menos quieren es asumir responsabilidades.

“No solo ante la Iglesia, sino ante lo civil los jóvenes de ahora no se quieren casar, no hay corresponsabilidad, el valor que debería tener la familia, que yo considero que es el principal valor de la sociedad, lo que aprendimos en la escuela es la célula de la sociedad, lo que aprendimos en la Iglesia es la célula de la Iglesia, pero está muy devaluado el valor familiar”.

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