marzo 29, 2024
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abril 4, 2018 | 1945 vistas

Redacción El Diario de Victoria

Cd. Victoria, Tam. – Antes de su último adiós, lo llevaron a despedirse de lo que fue su segunda casa: la cantina «Los cuates».

Según cuentan sus amigos, don Ventura Coronado Mata les pidió a sus amigos que cuando muriera, antes de ser enterrado, lo pasearan por ese lugar en el que prácticamente pasó más de la mitad de su vida.

Esta cantina, en la cual don Ventura conoció, trató y atendió a cientos de victorenses, está ubicada en el 20 Carrera y Abasolo, en el primer cuadro de Ciudad Victoria.

Y así fue.

Después de su velorio, el ataúd con el cuerpo de don Ventura fue trasladado a «Los Cuates», lo pasearon por el lugar, le volvieron a llorar y quizás hasta le ofrecieron una copa.

Estuvo cerca de esa barra, en la cual atendió a tanta gente. Ahí en donde sirvió miles y miles de litros de cerveza. Ahí, en donde escuchó millones de historias que se llevó, de manera literal, a la tumba.

Fue en ese lugar, en donde habló y charló de tantos temas, desde futbol, hasta política. Desde religión, hasta de lo que más les duele a los victorenses: la inseguridad.

Ahí, en donde consoló a aficionados del Correcaminos que tras un partido perdido en el Marte R. Gómez caminaban sólo un par de cuadras para desahogar su frustración.

Así fue como sus cuates cumplieron a don Ventura una de sus últimas voluntades y su despedida simbólica de «Los cuates» fue emotiva.

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