abril 26, 2024
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junio 11, 2018 | 499 vistas

Rubén Jasso.-

Serio dentro de la cancha, seguro en su puesto, constante e incansable, así era la imagen que proyectaba Javier “Kid” Herrera cuando defendía la playera de Correcaminos, equipo al que llegó en 1985 y del cual se retiró en 1994.

En su palmarés, se encuentra el histórico y único ascenso logrado por el equipo de la UAT aquel inolvidable 23 de junio de 1987, tras vencer a Gallos de Blancos de Querétaro en una singular serie de tres partidos, además de muchas buenas actuaciones en las distintas temporadas en las cuales militó con Correcaminos.

Futbolista de toda la vida y manteniendo esa fortaleza física que siempre lo distinguió, Javier Herrera juega actualmente en el balompié de veteranos, además de desempeñarse como árbitro de campo chico en distintas ligas de Ciudad Victoria, labores que ejerce con la misma entrega que mostraba en el profesionalismo.

Luego de “pitar” un partido en la Villa de Tamatán un domingo por la tarde, Javier Herrera nos concede unos minutos y nos relata cómo se dio su llegada a la Capital tamaulipeca, en donde decidió quedarse por el profundo cariño que siente por esta tierra.

“Yo nací en Ensenada, Baja California, y por medio del futbol empecé a estar en varias ciudades… dos años en Tlaxcala en Segunda División, un año en Puebla en Primera División, salí como tres veces a la banca, pero no debuté, de ahí (estuve) dos años en Veracruz en Segunda División, un año en Mérida, y de ahí para acá ya me vine a Ciudad Victoria con Correcaminos en el 85 y en el 87 subimos a Primera División”, comenta.

Con humor, explica el “motivo” por el cual decidió establecerse en Victoria,

“Dice la gente que me dieron agua de ‘La Peñita’ y ya me quedé aquí, tengo familia aquí, mi esposa es de aquí, tengo tres hijos, dos hombres y una niña”, agrega.

Acerca de aquel histórico episodio que puso a la Capital del estado en el mapa futbolístico de México, Javier Herrera nos habla sobre la clave para obtener el éxito que anhelaban.

“Lo más importante era el trabajo en equipo, la humildad, siempre el ser campeón es un sueño, pero los sueños con trabajo y con humildad se logran hacer realidad y ese equipo (tenía) trabajo en equipo y responsabilidad, desde el cuerpo técnico, jugadores, afición, la prensa, todos en equipo logramos el ascenso”, afirma.

En su memoria, el “Kid” guarda grandes recuerdos de esa época, no solo futbolísticos, sino también de los sacrificios que hacían los aficionados para alentar a su equipo, que jugaba los domingos al mediodía, sobre todo en la temporada de debut en el máximo circuito.

“La gente quedó muy contenta por tener un equipo en Primera División y llenaba el estadio desde un día antes en la noche, se quedaban a dormir afuera del estadio para poder tener un lugar ahí en las gradas y siempre había un lleno impresionante”, recuerda.

 

JUGADOR ENTREGADO

Referente en el mediocampo de Correcaminos, Javier Herrera nos describe la tarea que desempeñaba en la cancha, donde hacía una labor callada pero efectiva.

“Fui un jugador en la media de contención, un jugador que en esa posición es de sacrificio, que lo que tiene que hacer es destruir los avances del rival, lograr tener el balón y jugar fácil para que los demás compañeros hagan la jugada”, explica.

Y se muestra agradecido por el concepto que tenían los aficionados hacia su persona, “Siempre me consideré un jugador fuerte, ganaba muchos balones, la tocaba fácil y la gente tiene una idea de mí de que siempre me entregaba al cien por ciento durante el partido completo”.

 

SUS GOLES

Por su posición en la cancha, reconoce que no era fácil meter goles, pero sí anotó dos en Primera División, uno a Pablo Larios en el estadio Azteca contra Cruz Azul, luego de aprovechar un rebote tras un penal fallado en primera instancia por “Paco” Sánchez, y el segundo, muy vistoso, al conjunto de la Universidad Autónoma de Guadalajara, aquí en Victoria.

“(Fue) contra ‘Tecos’ en el Marte R. Gómez en un saque de banda largo, Richardson Smith la cabeceó para atrás en la media luna y la bola venía a media altura y me tiré de media chilena y me salió el balón a la base del poste, fue un golazo, ese fue uno de los mejores goles de la semana, entonces para mí ese fue el mejor gol de los dos que metí”, dice con orgullo.

Durante las temporadas que defendió la playera de Correcaminos, en las cuales vivió triunfos y también derrotas, Javier Herrera se ganó el cariño y respeto de los aficionados, algo que aún disfruta hoy en día pues mucha gente lo saluda cuando lo ve en la calle.

“Se siente muy bonito que te reconozcan el esfuerzo que tú hiciste en Correcaminos para poner tu granito de arena y para lograr el ascenso a Primera División… vas por la calle y la gente te detiene y quiere platicar contigo, recordar aquellos tiempos, la gente está muy contenta al verme en la calle y platicar un rato conmigo de Correcaminos y yo con mucho gusto los atiendo”, dice.

Sobre el Correcaminos actual también le preguntan los aficionados, y el “Kid” les pide paciencia. “Yo les digo que no se desesperen, que esperemos que amplíen las gradas, que tengan derecho al ascenso y esperemos que no se tarden mucho para tener un equipo en Primera División”, sostiene.

 

SIEMPRE ACTIVO

Respecto a su faceta laboral, el ex jugador naranja presta sus servicios en la Facultad de Agronomía, mientras que en su papel de árbitro, se desenvuelve en el Torneo de la Villa de Tamatán, la Liga de Los Ébanos y en el balompié de la Secretaría de Educación.

Como futbolista, sigue desplegando su talento en el Torneo de Veteranos, pasando por Deportivo Adame, Deportivo 21 y Facultad de Agronomía, conjunto donde jugó por espacio de diez años y logró una buena cantidad de títulos, además del equipo SCT, donde actualmente juega.

Además, durante mucho tiempo se dedicó a compartir sus conocimientos con niños y jóvenes junto a otro referente de Correcaminos en los años 80’s.

“En un tiempo estuve colaborando con la Escuela de Futbol Rivera, eran niños de la Copa UAT, junto con ‘La Muga’ Medrano hicimos un buen papel, pero todo lo que inicia termina, duramos como diez años ahí. Después me fui con ‘La Muga’ a unos equipos de Segunda y Tercera División en Matamoros, en Ciudad Valles y en Ciudad Juárez, ya después terminamos ahí, regresamos a Victoria y cada quien se dedicó a lo suyo, yo trabajo en la UAT y ‘La Muga’ trabaja en el equipo Titanes de Cuarta División”, explica.

Por último, el “Kid” menciona que en ocasiones los papás le piden consejos para sus hijos que anhelan llegar al profesionalismo, aceptando con gusto charlar con niños y jóvenes futbolistas.

“Me dicen que platique con sus chavos de cómo empecé a jugar profesional, (les digo que) todo sueño se vuelve realidad echándole ganas, que se dediquen a entrenar, pero que no dejen el estudio, que coman bien y que duerman sus horas, es una formación integral para que lleguen bien al profesional”, concluye.

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