José del Carmen Perales Rodríguez.-
La calle Hidalgo poco a poco ha dejado de ser atractivo para los comerciantes de antaño o sus herederos, quienes han preferido emprender en otras zonas de la Ciudad o decidieron no continuar con la tradición familiar y optaron por rentar sus locales por cifras que en algunos casos son muy elevadas, lo que les libra de otros gastos, como el pago de servicios.
Lo anterior ha dado lugar a que se establezcan sucursales de cadenas comerciales, cuyos precios más bajos han representado una pesada losa para aquellos comerciantes que han sobrevivido en el mismo giro que se iniciaron, siendo la mayoría tiendas de ropa diversa, zapatos y joyería.
Tan solo de la calle Nueve a la 15 se pudo contar que 14 locales se encuentran cerrados después de ver pasar comerciantes de diversos giros, de este total cinco llevan más de un año cerrados, el resto han tenido cierres y reaperturas constantes, lo que refleja la baja afluencia de consumidores.
Tiendas que tal vez han sido vistas, pero muy poco frecuentadas por las nuevas generaciones, aunque han vestido durante décadas a los victorenses y habitantes de la región, se aglomeran prácticamente en dos cuadras del Nueve al Once.
“Caperucita”, donde anteriormente se vendía ropa de vestir, ahora solo está especializada en vestimenta infantil, calzado y accesorios para eventos religiosos; “La Popular” es casi del mismo giro, solo que para jóvenes y adultos, pues viste a novias y quinceañeras, lo mismo que la Casa Farah.
Afortunadamente esta situación no se ha reflejado en desempleo, pues han llegado los grandes almacenes nacionales, que no solo venden a precios mucho más bajos, sino que ofrecen empleos.
Tal vez aún falta lo peor para la calle Hidalgo, pues día a día los comercios se ven imposibilitados de competir en precios con empresas que compran mercancía en cantidades muchísimo más grandes y a un costo menor.
