abril 27, 2024
Publicidad
agosto 8, 2018 | 135 vistas

José del Carmen Perales Rodríguez.-

Cd. Victoria, Tam.- Don Antonio llegó a la casa de empeño a bordo de su bicicleta, sobre el volante de la misma traía amarrada una bolsa de nylon, de esas que usan en las tiendas para colocar las mercancías, en la cual traía una pequeña bocina portátil de alrededor de 25 por 40 centímetros.

Al presentarla en el mostrador para un avalúo y conocer el monto, su semblante de esperanza cambió por el de frustración, la habían valuado en 600 pesos y de acuerdo con la política del establecimiento solo le podrían prestar el 75 por ciento, es decir 450.

– ¿Cómo le fue?, le pregunto a la salida de la casa de empeño.

«N’ombre lo que me dan no me alcanza ni para los cuadernos de mis tres hijos, tengo un niña en la primaria, un niño en la secundaria y el más grande en el Cbtis, aparte faltan los zapatos y los tenis», comentó mientras movía la cabeza de un lado a otro y sudaba copiosamente.

Antonio añadió que en cuanto al uniforme, el que más le preocupaba era el que cursaba el bachillerato, «porque ya no le queda la playera del año pasado, ya creció y hay que comprarle otra, a ver si a fin de mes tengo para comprarle cuando menos una».

El entrevistado mencionó que entre sus tres hijos son alrededor de 20 cuadernos profesionales de cien hojas, además de otro material entre el que están plumas, colores, lápices, estuche de geometría, algunos de los cuales serán reciclados.

«La mochila será la misma del año pasado, porque andan entre 300 y 400 pesos las más baratas, porque hay unas que valen hasta mil pesos, pero esas ni en sueños, gano muy poco», dijo mientras volvía amarrar la bolsa en la bicicleta.

– ¿Buscará otra casa de empeño donde le den más?, le pregunté.

«No, un amigo me ofreció 700 por ella, mejor la venderé…», alcanzó a contestar mientras comenzaba a pedalear.

Comentarios