mayo 9, 2024
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septiembre 9, 2018 | 438 vistas

Shalma Castillo.-

Su mayor motivación, su padre…

Y las ganas de superarse nunca faltan.

Carlos Sánchez es un claro ejemplo de que el que quiere puede lograrlo.

Desde pequeño ha sabido trabajar duro y le queda claro que para lograr las cosas se tiene que trabajar por ello.

Contador Público, egresado de la Universidad en Reynosa, a sus 26 años ha comenzado su vida en Houston.

Su paso por la venta de café, frutas, negocio de tacos, snacks, y limpieza de basura, le ha servido para lograr lo que ahora tiene, de lo cual se siente muy orgulloso.

Su familia es ejemplo de unión, cooperación y motivación para todo eso.

 

DESDE NIÑO EN EL MUNDO DEL COMERCIO

Carlos desde sus ocho años decide entrar al mundo de los negocios, con la necesidad de contribuir a la economía de su familia, decide trabajar en la venta de fruta en los tianguis de la Capital ayudándole a su papá.

A los nueve años decide emprender su propio negocio, la venta de café ahí mismo, en el tianguis. Carlos no duerme, pues desde las tres de la mañana empieza con la vendimia.

Para la seis de la mañana, ya termina de vender todo y entra a trabajar con su papá, ahora con la fruta, desde mayoreo y surtir a varios vendedores.

A los 18 años deja su ciudad natal, Victoria, para irse a la frontera a continuar con el negocio en Reynosa.

Ahí se mete de lleno a la venta de fruta, encargado de realizar diversas tareas para sacar adelante el patrimonio familiar.

Una vez que logran establecerse, él y su papá deciden llevar a toda la familia a Reynosa.

Dos años después inicia su negocio de snacks, donde mejor le fue de todos los anteriores.

 

LA VIDA DE UN COMERCIANTE

Estando en Reynosa, el negocio es la venta de piñas, también surten en Victoria y ahí Carlos hace de todo.

Desee andar en los tianguis repartiendo a los vendedores, hasta traer la fruta hasta Oaxaca.

“La rutina entre mi papá y yo es traer cada semana un camión lleno de fruta hasta Oaxaca, un recorrido de cuatro días, un día y medio de ida sin dormir, llegar a cargar el camión de mercancía todo el día y en la noche regresar, llegar a Victoria para surtir, y estar el viernes más tardar en Reynosa”.

Luego con la temporada de frío la venta de piñas ya no es negocio sustentable, por lo que deciden entrarle a las naranjas y mandarinas.

“En ese entonces, mi papá dice que esto ya no está saliendo y empieza a reducir los días de trabajo a los empleados”.

De ahí la necesidad de emprender otro tipo de negocio, con el cual puedan sacar para mantener los gastos del hogar y a la familia.

“Decido iniciar un negocio de snacks, y la verdad me empieza a ir bien, toda la familia aporta y sale para los pagos de la casa, hasta me queda como 800 pesos diarios”.

La venta de elotes en tiempo de frío es un boom, sin embargo en la temporada de calor comienza a verlo difícil.

Así dura un año y medio, en el invierno la venta diaria llega a ser hasta de mil elotes.

De los negocios más concurridos en Reynosa es ese, pues la inteligencia de Carlos atrae a los comensales.

“Un elote en Reynosa vale como 13 pesos y los míos son dos elotes por diez pesos y en lugar de ganarme hasta ocho pesos como ellos, ganaba tres pesos por dos elotes, ya en una dimensión grande me voy por el volumen y saco más dinero que ellos por 50 o 60 elotes”.

 

LA INSEGURIDAD LES CAMBIA LA VIDA, PARA TENER UNA MEJOR

El cobro de “cuotas” ya no deja para el sustento del negocio ni de la familia, por lo que primero la madre de Carlos decide ir a Estados Unidos para buscar un empleo mejor pagado.

Luego su papá se va también al sueño americano y Carlos en lo que tramita los papeles se queda trabajando en Infonavit como gerente, pero en el área de recoger las casas a los morosos, lo cual también resulta peligroso, pues hasta amenazas llega a tener en ese trabajo.

Una vez teniendo sus papeles en orden se va a Houston y empieza a trabajar levantando basura en una propiedad, donde le pagan 11 dólar la hora.

Empieza aprender hacer más cosas, se cambia de trabajo y así está por más de un año, probando aquí y allá, siempre donde mejor le va económicamente.

Ahora es encargado de una propiedad chica y gana 17 dólares la hora, también está trabajando en sistemas de aires acondicionados con su papá y les va muy bien.

“Este trabajo me queda una hora de donde en un principio llego a vivir, pero la paga es buena ahora ya vivo en uno de los departamentos del trabajo, me hacen descuento por ser trabajador, y estoy como a 40 minutos de distancia de la casa de mis papás”.

 

EL PLAN PARA EL FUTURO

“Ya me quiero quedar acá, es muy tranquilo y nadie te molesta, todo tan diferente, aparte estoy en una relación y me estoy superando, de regresar a Tamaulipas solo es para visitar amistades que uno extraña”.

Claro que por su mente pasa abrir un negocio de snacks porque en EU no hay como los de México, pero le gusta más la idea de emprender el negocio de aires acondicionados.

“Es mucho mejor pagado y casi todas las casas tienen aire acondicionado y ya nos llegó la licencia de aires”.

Ahora se dedica arreglar aires acondicionados, fugas de agua, reparar paredes, o lo que se ocupe en las casas pero sigue en proceso de aprender para ir creciendo.

Aunque acepta que viven con temor de que los pare un oficial y pida documentos, aunque tienen visa pero si los cachan que trabajamos los pueden regresar, para eso también están en el proceso de visa de trabajo.

“Siempre digo trabajo hay para el que busca, el que no busca nunca va a encontrar, cuando quieres te esfuerzas para obtenerlo yo siempre me pongo metas a veces no se logran en el tiempo que quieres pero si trabajas por ello lo vas a lograr, mi sueño era tener un Mustang ahora ya me lo acabo de comprar”, concluye.

jr

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