marzo 19, 2024
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octubre 20, 2018 | 304 vistas

Valeria Maldonado Peña.-

El amor de una madre por sus hijos es lo más grande que puede existir; eso lo han demostrado cuatro madres de familia que se han dado a la tarea de luchar no solo por el bienestar del amor de sus vidas, sino por el de muchos jóvenes más que, eventualmente, necesitarán el mismo apoyo que los de ellas.

Erika Cano, Claudia Márquez, María Belem Carrizal y Juana María Martínez son las madres de familia que un día y sin esperarlo recibieron una noticia que afectaría la vida personal y emocional de sus hijos, así como las de cada una de las familias de las que forman parte.

Y es que Gustavo, Diego Alejandro, Juan Pablo y Diana, quienes padecen de una discapacidad severa y dependen casi por completo de sus madres o terceras personas para llevar su día a día, quedaron fuera de los Centros de Atención Múltiple (CAM) en los que estaban siendo atendidos.

¿La razón?… simplemente porque ya habían rebasado la edad límite que los CAM tienen para prestar sus servicios, pues tal y cómo lo hacen los demás sistemas educativos, aquí también hay ciclos que culminan a la edad de 15 años o introduciendo a los jóvenes en el campo laboral.

Sin embargo, para estas cuatro madres de familia eso no era posible, ya que sus hijos padecen de una discapacidad muy severa que les impide trabajar, por lo que necesitan de un lugar especializado en el que se les siga apoyando y atendiendo. Ante la falta de un espacio diseñado para jóvenes con las características de sus hijos, ellas decidieron iniciar uno.

Fue de esa manera como nació la idea del proyecto Incluyac, “todo surge de una necesidad, porque en los CAM donde estaban nuestros hijos ya no podían estar, por eso nos dimos a la tarea de recorrer todas las escuelas de la ciudad y en ninguna podían atender a nuestros niños, por la discapacidad tan severa que tienen”, comentó una de la mamás.

“Tuvimos la necesidad de iniciar este proyecto para que ellos tengan una atención, un centro asistencial para ellos, porque todavía dependen de alguien, por eso nos dimos a la tarea de pedir a las autoridades el apoyo para la creación de un lugar y poder iniciar esta noble causa”, agregó otra de las madres presentes.

Incluyac es una asociación que nació de la necesidad de un grupo de mamás preocupadas por el desarrollo y futuro de sus hijos; sin embargo, ha evolucionado, pues en el camino de su búsqueda se dieron cuenta de que no solo sus cuatro hijos son los afectados, sino todos aquellos que están por llegar a la edad límite o quienes ya la cumplieron y no tienen a dónde ir.

“El proyecto de nosotras es un programa asistencial en donde estén cubiertas varias de las áreas que nuestros hijos necesitan, porque la mayoría de ellos van a ser dependientes y lo que queremos con esto es que estén integrados todos los campos, desde terapia física, sensorial, psicológica, de lenguaje, equinoterapia, educación física, etcétera”, dijo una de ellas.

La presidenta de la asociación, Belem Carrizal, expuso que están en espera de recibir la donación de un predio para poder llevar a cabo la construcción de este sueño tan importante para los padres de familia que tienen a un hijo con discapacidad severa; pero eso solo es el principio de todo el proyecto, pues necesitan recursos para aterrizarlo.

Por eso han estado organizando diversas actividades con las que puedan recaudar los fondos que necesitan, mismas que son anunciadas a través de su página de Facebook Icluyac, donde además se invita a las personas que conozcan o tengan a un hijo que pase por la misma situación a que se comunique con ellas para ser parte de un estudio que el DIF estatal está realizando.

“Estamos en pláticas con el DIF Tamaulipas, pero como no había información de cuántas personas se iban a beneficiar con este proyecto, están en etapa de sondeo de jóvenes de 15 años en adelante con alto grado de discapacidad que puedan formar parte de nuestro proyecto”, explicó Belem.

Por el momento, los hijos de estas mamás fueron recibidos en el CAM ubicado en la colonia México por la avenida Las Torres, pero solo podrán permanecer ahí un año, por lo que la directora de dicha escuela de mostró preocupada y exhortó a la sociedad en general a apoyar en una buena causa.

Mencionaron que hay aproximadamente más de 200 mayores de 22 años con discapacidad severa que requieren de un centro asistencial para seguir recibiendo terapias; las fundadoras de Incluyac dijeron que las acciones que el Gobierno realiza son buenas, pero no deberían de estar enfocadas solamente a la niñez, pues los problemas de sus hijos no se acaban cuando llegan a cierta edad.

Para estas cuatro mujeres ha sido un camino lleno de complicaciones burocráticas, respuestas negativas, cansancio y desesperación, pero nunca han dejado de luchar por aquello que saben será lo mejor para sus hijos, por aquello que además de una ayuda es un derecho y que al final de todo servirá para el beneficio de muchos más.

 

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