Tijuana, 2 Dic (Notimex).- Pasar días caminando sin dinero, cansada y comiendo lo poco que podía, fueron algunas de las cosas que la migrante salvadoreña Fátima del Carmen tuvo que pasar para arribar a Tijuana con el sueño de cruzar a Estados Unidos.
En entrevista con Notimex, la migrante salvadoreña manifestó que trabaja en esta ciudad fronteriza desde el siguiente día de haber llegado junto con su hija, su yerno y otras personas en la caravana migrante.
“Fui a buscar trabajo en toda la playa y me encontré un Don que me dio trabajo, no todos somos iguales, a algunos nos gusta trabajar y ganarnos dignamente el dinero para poder comer, bañarnos y sobrevivir para ayudar a nuestras familias”, expresó.
Agregó que vende todas las tardes mariscos en palo de madera en el malecón de Playas de Tijuana, con lo cual puede alimentarse y sobrevivir sin tener que instalarse en los albergues, ya que duermen en la Embajada Migrante.
Manifestó que la violencia está muy crítica en su país, “días antes me vine a vivir a Chiapas porque quisieron matar a mi yerno, salimos de allá los tres, mi hija mi yerno y yo, para que no mataran al esposo de mi hija”.
“Fueron 45 días los que tardamos en el trayecto, hemos dormido en las calles, hemos aguantado lluvias, hambre, frío, hemos caminado días completos con tal de poder vivir tranquilamente, trabajar y apoyar a nuestros familiares”.
Indicó que “si tuviera la posibilidad por las buenas de cruzar al otro lado, lo haría, sino pues me quedaría aquí en Tijuana para trabajar muy fuerte, ganar dinero y enviárselo a mi familia a El Salvador”.
El malecón de Playas de Tijuana se ubica junto a la valla fronteriza que divide a México de Estados Unidos, muro que algunos migrantes han tratado de cruzar ilegalmente, valla que por el lado de Estados Unidos guarda para ellos un sueño y del otro lado, en Tijuana, la realidad de conseguir trabajo y sobrevivir.
Haitianos que llegaron anteriormente, al ser menos que los que arribaron en fechas recientes, actualmente se encuentran trabajando, algunos en su momento estuvieron en albergues y otros lograron cruzar a Estados Unidos.
Tijuana, ciudad conformada por migrantes desde hace varios años, ofrece oportunidad de salir adelante, cobija y alimenta a todos los migrantes nacionales e internacionales.
