abril 26, 2024
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diciembre 2, 2018 | 334 vistas

Shalma Castillo.-

Con su talento y pasión por la fotografía, en Colombia, ha ganado su primer millón para poder recorrer este país.

También para agregar triunfos a la hoja de vida… a eso que le llamamos currículum.

Gracias a las facilidades que brinda la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Salvador Hernández González lleva ya dos intercambios académicos, una serie de aprendizajes y un sinfín de experiencias.

Es originario de Ciudad Victoria estudia Ciencias de la Comunicación en la UAT y actualmente se encuentra en la ciudad de Montería, Colombia.

Experiencias que le han cambiado la vida, ha conocido otras culturas, lugares y amigos.

Salvador nos comparte sobre su vivencia en los distintos lugares, donde ha permanecido un tiempo por motivo de movilidad académica.

LOS SUEÑOS SE CUMPLEN

Desde el inicio del primer semestre, en la Universidad les platican sobre los programas de beca e intercambios para estudiar en alguna Universidad de México o en otro país.

Los intercambios son algo que les llama la atención a muchos chicos desde que inician con su carrera universitaria, y sobre todo, a Salvador, quien al escuchar las experiencias de quienes ya han realizado algún intercambio, despierta su interés y comienza a buscar información en Internet sobre ello.

Aunque los planes son otros, el destino siempre te lleva a donde considera que es mejor… pues el plan inicial de Salvador es Monterrey, pero finalmente la única opción que queda es Guadalajara.

Experiencia única… que no se arrepiente de haber aceptado ir a la ciudad del tequila y los mariachis.

El primer intercambio se da en el 2017, a la Universidad de Guadalajara, en Campus de Ciencias Sociales y Humanidades, estudiando Comunicación Social.

Esto se da en cuarto semestre, un día cuando ya las clases han culminado e iniciado los veranos… “ese día un compañero va, para realizar intercambio internacional, y me dice que aproveche”…

“Mi primer sueño es la Universidad de Monterrey, entonces busco para ir ahí pero la convocatoria se cierra y tengo que esperar otro semestre para poderme ir”…

“En mi casa todos piensan que voy a Monterrey, y mi mamá muy tranquila por estar cerca de la ciudad, pero al estar en la oficina me dice el coordinador que está cerrada la convocatoria y les queda la Universidad de Guadalajara, pero sin pensarlo, aprovecho la oportunidad y me animo, cundo le digo a la familia, bien mortificados porque soy hijo único, pero finalmente aceptan y me apoyan, y es así como tomo la decisión de irme, primero a probar experiencia nacional”.

 

PRIMERO, GUADALAJARA

La experiencia de Guadalajara… “genial”…

Así es como Salvador define la vivencia en esta ciudad… pese a estar en el mismo país, convive con chicos de diferentes partes del mundo, y hace amigos colombianos, peruanos, chilenos, hasta japoneses.

“Estar geográficamente no muy lejos de Tamaulipas, pero aún así es diferente cultura regional, gastronomía, la interacción de las personas, un lugar con mucha historia y además, combinarlo con jóvenes internacionales, te hace sentir más lejos de casa, pero especial”.

Aunque no es en el extranjero, lo hace sentir que sí, porque conoce gente de otros países, acerca de ellos y de su cultura, sin embargo con los que más química hay, es con los colombianos, le gusta el acento y el sentido del humor similar al de los mexicanos, y de ahí nace la intención de una siguiente parada; Colombia.

 

SEGUNDO DESTINO, COLOMBIA

Ahora está en Montería, Colombia, realizando nuevamente un intercambio académico en el programa de Comunicación Social de la Universidad del Sinú.

Esta segunda oportunidad, se da cuando les dicen que tienen para hacer dos intercambios en la licenciatura, lo cual a muchos les emocionaba… aunque a la vez es complicado, pero finalmente se logra.

“Al querer volver a tramitar, nos dicen que solamente se puede una vez y mi corazón se parte, porque ya no se iba a poder, ya que la oportunidad está pero para nuevo ingreso, sin embargo los chicos de la facultad nuevos, nadie se anima hacer el intercambio, y nosotros aprovechamos el apoyo, y así es como volvemos a realizar la movilidad, ahora internacional”.

Con experiencia de estar ya lejos de casa, se va más tranquilo…

“Con la dicha de decir que estoy en Colombia, conozco lugares de aquí, su cultura, comida, y tengo buenos amigos, uno de mis sueños cumplidos”…

Colombia y México comparten cosas en común; los colores, la fiesta y alegría… pero estar más tiempo, ya resientes sus diferencias, como es la comida.

La gastronomía mexicana es única, su sabor especial lo hace diferente y mejor que el resto del mundo, y es lo que principalmente recienten quienes se van de México, ya sea por vacaciones o hasta vivir.

“No es igual cuando intentas cocinar algo mexicano en otro país porque no tienes ingredientes para hacerlo, entonces tienes que volver a aprender de lo que se cocina ahí”.

Las tortillas son sustituidas por el patacón, algo muy común de Colombia; es plátano verde, se fríe, lleva agua con ajo, y dice Salvador que sabe rico, y es algo de lo que aprende a cocinar y forma parte del menú casi diario.

Platica que cada región es diferente… “yo estoy en la costa, y a veces al sentarme con compañeros mexicanos decimos que ni parece que estamos en Colombia, porque la forma en que las personas te tratan y conviven es similar que en México, solo cuando hablan notas la diferencia, desde el principio son hogareños y amables”.

De esta experiencia, algo “chistoso” que platica, es sobre los bailes; “yo sé bailar huapangos, cumbias y típicos bailes de allá, pero al llegar aquí, con un nuevo ritmo musical te hace sentir que tienes dos pies izquierdos, y vuelves a empezar a aprender a bailar”.

Un proyecto que lo marca en esta ocasión; es uno que hacen en la escuela de labor social con personas de bajos recursos, les brindan apoyos, conviven con ellos y aportan un poco a esa sociedad; “lo que aprendes en México lo aplicas aquí, todo mundo conocen a los mexicanos por gentiles y solidarios, y aquí lo están comprobando”.

Comparte que la ciudad donde está es la capital del estado, y es similar a Victoria; pequeña apenas en desarrollo, no hay muchas opciones para visitar ni tanta historia cultural, pero los lugares de su alrededor, son muy turísticos con más cultura e historia, entre muchos otros, conoce Cartagena que es una ciudad muy bonita, Medellín, Barranquilla, Bogotá… “Colombia es grande, pero me falta dinero para viajar más”.

 

EL PRIMER MILLÓN, CON EL QUE LOGRA SUS SUEÑOS

La beca de la Universidad solo respalda los gastos de los boletos de avión, comida y hospedaje, los gustos que el alumno desea darse, corren por cuenta propia.

Sin descuidar los estudios, Salvador logra emprender con su habilidad y talento, de capturar momentos especiales con la cámara fotográfica.

Sacándole provecho a lo que le apasiona hacer, es como logra cumplir sus sueños, recorrer un poco de Colombia.

“Con un compañero comienzo a aplicar lo que sé hacer; la fotografía… le digo a mi familia y amigos que me gané mi primer millón, aunque sean pesos colombianos, pero con ese dinero es como puedo viajar, explotando mi talento para poder realizar lo que me gusta”.

Con sesiones fotográficas, de eventos y tomamos fotos para publicidad de dos marcas, es como logra reunir un poco de capital y poder subsistir en los viajes.

“Mi familia no es de un estatus económico alto, y realizar todo esto mis padres no pueden financiar, las oportunidades que brinda la Universidad son muy buenas, mis padres están muy felices conmigo, mi mamá dice que se refleja en mí porque lo que no ha logrado ella, yo lo he hecho con su apoyo”.

 

LAS METAS A FUTURO

Al terminar la carrera, dice que quiere seguir emprendiendo su negocio de fotografía y manejo de redes sociales de community manager; también el plan es estudiar portugués porque su siguiente objetivo, es visitar Brasil.

“Todos estos logros se van agregando a una hoja de vida, que a futuro todo va a marcar la diferencia”…

“Me considero una persona súper feliz con las cosas que he logrado y sobre todo una persona afortunada por hacer lo que ama: La fotografía, sinceramente es increíble, capturar momentos especiales y después recordarlos con sonrisas”.

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