mayo 7, 2024
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diciembre 4, 2018 | 316 vistas

Edgar Ramírez.-

Cd. Victoria, Tam.- Ya no es solamente la plaga. Ahora, el exceso de lluvias, una severa sequía o un escarchado invierno, se han convertido también en tres crueles factores a los que pueden enfrentarse tanto los agricultores como ganaderos.

Lo que significa que entre el campo y el agricultor o ganadero, esos son los agentes determinantes para una abundante cosecha o una catastrófica o siniestrada temporada.

“Contra Dios y la naturaleza nadie puede y hay que aguantar”, nos dice un agricultor de la región de Soto la Marina, identificado como Rosendo, quien lamenta que lo poco que tenía sembrado de sorgo se le quemó con la helada y no hay ni esperanza de recuperar lo invertido.

Las mismas experiencias, nos comparten otros diversos agricultores de la región centro de la entidad, quienes contradicen la parte oficial que, en un intento por obstruir cifras de estratosféricas pérdidas, deciden minimizar el tamaño de una afectación por heladas, exceso de lluvias o por la inclemencia de una severa sequía.

Se refieren al primer día congelante ocurrido hace algunas semanas atrás, considerado como un adelanto de la temporada invernal en que se contemplan al menos cuatro heladas, que los vino a poner en jaque.

Sembradíos de sorgo, maíz, soya, frijol, así como los pastizales, se tiñeron de amarillo días después de la escarcha que se dejó sentir en diversas regiones de Tamaulipas.

En un recorrido hacia el oriente, por los municipios de Villa de Casas y Soto la Marina, donde los productores tenían la fe depositada en Dios para levantar una buena cosecha, de un día para otro, ese vehemente deseo se vio opacada por un día de escarcha que originó un descenso en las temperaturas de hasta cero y tres grados centígrados en diversos municipios.

Durante la travesía, desde el ejido San Juan y El Ranchito hay evidencias claras de la primera onda gélida extrema.

Los sembradíos de maíz que prometían abundantes cosechas, se vieron siniestradas sin o con pocas posibilidades de recuperación.

Más adelante del aeropuerto, los pastizales que lucían verdes, por el lado y lado de la carretera, se redujeron a paja seca y solamente unos plantíos de sábila lograron soportar la helada, que en un intento de minimizar los efectos, las autoridades estatales indicaron que solamente se trató de una ligera escarcha.

Kilómetros más adelante, en algunos cultivos, se registró una variación en la caída de aguanieve, pues en un lado, el sorgo que se encontraba aun en la etapa media de desarrollo si tiñó de amarillo, mientras que al lado, otro sembradío de igual tamaño, quedó intacto.

Estas escenas, para algunos productores, son inexplicables, mientras que otros temerosos de Dios, dicen que es una clara muestra de “estar bien o no con el Creador”.

En Villa de Casas por ejemplo, en el ejido Jacinto Canek, quienes les apuestan aún a la agricultura, se encuentran a la deriva, ya que en algunas partes la helada arrasó con todo el sembradío de maíz.

Mientras que en algunos casos donde fue menos el efecto de la escarcha, aún tienen la esperanza de levantar una buena cosecha.

En ese entorno, el Diario de Victoria, logró nutrirse del testimonio de Briseida Martínez, esposa de un productor que cuenta con varios cultivos de maíz y sorgo en varios puntos de este municipio.

Ella indica que como ama de casa y como esposa de un agricultor, también resiente el efecto de las pérdidas en el campo y la agricultura.

“Pues más bien nos afecta económicamente, pues al dañarse el cultivo quedamos endeudados, con semilla y el veneno. Y pues afecta a todos los agricultores.

Y cómo no, también nos afecta a las mujeres en la casa y a toda la familia. Para algunos que ya les faltaban unos días para trillar o cosechar, pues aún hay esperanzas de que se salve la producción. Tengo entendido que es así, al menos es lo que dice mi esposo, porque realmente son muchas hectáreas, no sabría decirle, pero esta vez sembramos sorgo una parte y maíz. Pero en maíz sí fue pérdida total, porque aparte, se sembró tarde, ya ve que no llovía”.

 

EL CONTEO DE PÉRDIDAS…

Sobre tema de los siniestros, el secretario de Desarrollo Rural en Tamaulipas, Ariel López Longoria, sostiene que sigue sin definirse el total de las pérdidas registradas tras el impacto del frente frío número diez ocurrido a principios del mes de noviembre.

Pero asegura que personal operativo de la secretaria a su mando, se encuentra recabado la información de distintos municipios donde los productores se vieron afectados en sus cultivos, para de ahí levantar el tamaño del siniestro y valorar lo correspondiente para que puedan acceder al seguro catastrófico en unos cuatro meses aproximadamente.

Mientras tanto, el funcionario estatal, expresa que por parte de los agricultores, existe la voluntad de colaborar con las autoridades para la valoración de sus cultivos dañados y el procedimiento que se tiene que hacer para el seguro.

Frente a esos siniestros, el funcionario, considera que es un buen momento para que los productores cambien de cultivo a otros más fuertes que resistan los bruscos cambios del clima.

“Podemos decir que el sorgo es el que más afectaciones registró, por haberse establecido fuera de fecha de siembra por falta de lluvias, y por ello, estuvimos exhortando a que sembraran cártamo y canola, en algunas regiones del sur del Estado”, puntualiza.

 

TAPAR O DESTAPAR EL SOL….

Sobre la misma escena catastrófica, oriundo del ejido Manuel Ávila Camacho, Ángel Lara Martínez, como representante regional de la Liga de Comunidades Agrarias de Tamaulipas, expone que dentro de las cifras que ellos manejan, son alrededor de setenta mil hectáreas de once distintos municipios de la región centro del estado que se vieron afectadas.

Y ante lo que considera como “un campo devastado”, lamenta que las autoridades federales de la Sagarpa, se quieran deslindar de este panorama adverso, al que se enfrentan los agricultores de municipios como Victoria, Casas, Jiménez, Padilla.

Así como de los municipios del ex cuarto distrito en el que se encuentran Jaumave, Tula, Miquihuana y Palmillas.

Reprocha a la gestión de Eduardo Mansilla Gómez, como delegado de esta dependencia federal a quien acusa de evadir la situación ante el cambio de administración federal.

Es lamentable, dice, que los funcionarios federales no hayan querido reconocer el grado de afectación que registraron los cultivos, por el simple hecho de que les generaría más trabajo, por lo que ya no quieren comprometerse.

El también ex regidor cenecista, especifica que tan solo en la capital de Tamaulipas, se contabilizan en más de mil 800 hectáreas entre sorgo, maíz y frijol que se quemaron por la escarcha.

Tanto agricultores, como ganaderos, añade, se encuentran severamente afectados.

“Los ganaderos fueron severamente afectados porque se les quemaron los pastizales”, sostiene el también productor del ejido asentado al oriente de la capital quien advierte que en el municipio de Casas, también hubo afectaciones en los ejidos Algodones, Praxedis Balboa, La Gloria y Cinco de Febrero.

En tanto que en el municipio de Tula, hubo pérdidas lamentables en la cosecha de sandía, pepino y melón.

Y en lo que se refiere a Bustamente, Palmillas y Miquihuana, hubo pérdidas en los cultivos de frijol y maíz que son establecidos para autoconsumo.

Además en cuanto al sector ganadero, se estiman en más de 200 mil hectáreas donde los pastizales se encuentran severamente quemadas.

Frente a esa insólita situación, Lara Martínez, fustiga a la autoridad federal de no querer saber nada del gris panorama gris estropea al campo tamaulipeco  principalmente en la zona centro del estado, donde los productores siguen preguntándose ¿ahora quién podrá defendernos?

 

 

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