En los últimos meses una nueva moda llamada la fiesta del botox ha demostrado que los tratamientos estéticos en lugares no certificados puede traerle graves consecuencias a la salud, pues algunos lugares no son nada fiables.
Para muestra de ello está el caso de Rachael Knappie, de 29 años, quien a través de redes sociales denunció a una esteticista que le inyectó botox durante una fiesta en casa de una amiga, mismos que le hincharon tanto los labios que se los toca con la nariz.