Una niña de 11 años llamada Roxli Doss, vivió momentos de angustia cuando los médicos le diagnosticaron en junio del presente año, un tumor cerebral llamado glioma pontino intínseco difuso, el cual era incurable.
Este cáncer se encontraba ubicado en la parte posterior de su cerebro, empujando la cuerda espinal de la niña, sin embargo, tres meses después y sin que los expertos desconozcan que fue lo que pasó, el tumor desapareció.
La doctora, Virginia Harrod, del Centro Médico para Niños Dell, declaró que la condición de Roxli era “muy rara”, y aunque no había cura para el cáncer, la niña fue sometida a radiación por 11 semanas con la esperanza de que el tumor se estabilizara.
Fue en agosto cuando ya no podían más, y el único que apoyo al que recurrieron fue a la oración, y para el 10 de septiembre, los padres descubrieron que el último estudio de resonancia magnética indicaba que ya no existía el tumor en el cerebro de Roxli.
“Cuando vi por primera vez la resonancia magnética de Roxli, fue realmente increíble. El tumor es indetectable en la exploración de MRI, que es realmente inusual”, declaró la doctora Virginia Harrod, quien se mostró sorprendida por los resultados del estudio.
Los padres de la pequeña Roxli aún continúan cautelosos, pues si bien el tumor ya no está, teme que vuelva de una forma más potente, mientras tanto, pasan los días pidiendo gracias a Dios mientras su hija acude a tratamientos preventivos de inmunoterapia.
Con Información de: Grupo Fórmula
