abril 19, 2024
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enero 6, 2019 | 326 vistas

Shalma Castillo.-

Porque vida solo hay una… se atrevió a la aventura…

Vianeyt Loperena perdió el miedo y ganó un millón de experiencias, paisajes, amistades y ciudades recorridas.

A sus 25 años conoce gran parte de Estados Unidos, la mayoría viajando por gusto, pero también por trabajo y estudio.

Es originaria de Ciudad Victoria y estudió Lingüística Aplicada en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).

Hace dos años realizó un intercambio internacional de Au Pair (niñera) y estuvo viviendo dos años en la ciudad de Chicago, Illinois, con una familia judía.

Aprendió culturas y tradiciones diferentes a la de ella, que la han enriquecido personal y profesionalmente.

Y desde la sala de un aeropuerto, mientras espera la hora para abordar el avión, nos comparte sobre su experiencia.

 

PRIMERO, PERDER EL MIEDO

Vianeyt dice que siempre había querido vivir en otro país, así que al salir de la escuela investigó las forma de poder viajar, y dio con el programa de intercambio a través de Internet, este programa es de niñeras que van al extranjero, les pagan y al mismo tiempo viven con la familia, y así es como empezó a realizar los trámites para irse.

Explica que primero paga a la compañía, después le hacen una entrevista, y si la pasas crean un perfil y lo suben a la plataforma.

Ahí, las familias ven el perfil de cada aspirante y hacen entrevistas con ellos, y cuando sienten ese “feeling” hacen el contrato para irse con ellos a trabajar.

Antes, la compañía las manda a New York por una semana, ahí van a una academia donde reciben clases de cuidado de niños y primeros auxilios.

“Ahí conoces a muchas niñeras de todo el mundo, cuando yo fui éramos alrededor de cien personas, después de terminar el curso, te llevan al aeropuerto y te mandan a la ciudad donde vive la familia, ellos te reciben en el aeropuerto, y realmente te hacen parte de su familia”.

EXPERIENCIA CON FAMILIA JUDÍA

Durante dos años, Vianeyt convivió con una familia judía, cuidaba a los niños de la casa y aparte estudiaba un curso de inglés, y los fines de semana tenía oportunidad de conocer ciudades de Estados Unidos.

Aunque confiesa que al principio fue muy difícil adaptarse, porque eran judíos y tenían una cultura muy diferente a la de ella.

“Para empezar, la comida, ellos cenan a las seis de la tarde, cuando yo acostumbro a las nueve de la noche, y la cena es arroz, y yo no como arroz en la hora de cena”.

“No fue fácil adaptarme a ellos, ni ellos a mí; aparte el idioma, yo lo sabía, pero al principio me daba pena, pero con ellos era la única forma de comunicarme, a veces no me entendían lo que quería decir y eso era frustrante, después, nos adaptamos”.

Una de las costumbres judías que aprendió, es que ellos celebran diferente la Navidad, más bien celebran “Hanukkah” (el festejo de las luces), es una fiesta que dura ocho días.

Preparan una comida especial, que son tortas de papa, y se come todos esos días, prenden unas velitas en un candelabro que se llaman “hankkiyah” y son prendidas por un cirio llamado “shamash”, cantan, juegan, y esos días se dan un regalo porque tiene un significado, son los ocho días que ellos estuvieron luchando por ser liberados.

También, tienen una temporada que no comen carne ni pan, tienen que hacer sopa de maíz.

Su trabajo era de ocho de la mañana a cinco de la tarde y con un descanso de tres horas, en ese inter estudiaba clase de inglés por una hora, mientras los niños iban a la escuela.

Platica que al principio no soportaba el frío, en Chicago, después su cuerpo se adaptó y cuando hacía visitas a Victoria se moría de calor, “en Chicago me tocó cuando la temperatura bajó a menos 21 grados, pero allá es normal, todos siguen haciendo actividades y yendo a la escuela”.

 

AVENTURAS VIAJERAS

Entre la lista de las ciudades y estados que llegó a conocer está Miami, todo California, Florida, Kentucky, Tennessee, New York, Boston.

“Me gustó mucho Miami, porque lo disfruté con amigas, la playa y conocer gente, también hice un viaje donde recorrimos diez estados en un fin de semana, fue muy atrevido, porque literalmente solo íbamos a tomar fotos en lo más popular e ir al siguiente lugar”.

Dice que en Chicago hay mucha diversidad cultural, hay gente asiática, latinos, europeos, de todo el mundo, con mente muy abierta, y aprendes de las personas; “tengo amigas de otros países de América Latina, Europa y Asia”.

Menciona que una de sus mejores amigas la conoció en la academia donde van antes de trabajar, ahí se hicieron muy buenas amigas y no sabían a dónde iban, hasta el último día supieron que al mismo lugar, de hecho vivían a 15 minutos de distancia, el primer año fuimos muy unidas, el siguiente año cambiaron a la de ciudad.

Sin embargo, platica que disfrutó y vivió muchas aventuras con su amiga; “recuerdo que una vez nos subimos a un tren y dijimos ‘hasta donde nos lleve el tren’, y llegamos a la última parada, nos llevó a un suburbio súper hermoso, con una iglesia y bonitos paisajes, nos perdimos, pero nos divertimos”.

También recuerda cuando fue a recibir Año Nuevo 2017 a New York, en el Times Square.

“Fuimos como 12 amigas, no te dejaban salir, no podías ir al baño desde las diez de la mañana hasta las 12, y todas usamos pañales especiales, unas bolsitas y cuando una quería hacer, hacíamos ruedita para taparnos, fue algo gracioso y raro, pero valió la pena”.

 

PRÓXIMOS DESTINOS EN RUTA

Aunque ahora va de visita a Chicago, el plan para diciembre, es recorrer el continente asiático.

“Mi propósito es ir a Tailandia, voy sola, ya empecé a ver todo e investigar, realmente me parece un lugar muy interesante, quiero recorrer algunos países de Asia e ir a la India, viajar se vuelve un vicio, quieres conocer más y más lugares”.

Vianeyt expresa que viajar, definitivamente te abre muchas puertas en el mundo, te hace cambiar la manera de ver la vida, por eso, ella recomienda; “atrévanse a la aventura, vida solo una”.

Dice que de esta experiencia laboral y viajera, ha aprendido a ser más responsable, a quitarse el “cordón umbilical”, hacer las cosas por sí misma, a valorar las cosas y la familia, a pensar en los demás y ser más abierta.

 

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