abril 25, 2024
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enero 7, 2019 | 280 vistas

Shalma Castillo.-

CALMA EL DOLOR DE LOS ENFERMOS DESDE HACE 37 AÑOS

Atender al semejante, es más que un compromiso… es una pasión por servir al prójimo. Así lo entendió Petra Leticia.

Desde niña, allá en Ocampo, comenzó a inclinarse por la carrera de enfermería.

Inició atendiendo sus muñecas, como un juego.

Hoy, trabaja desempeñando esta carrera en el Hospital Civil, que la llena de satisfacción…

Situaciones especiales al por mayor, en el desarrollo de una tarea que no tiene horarios… y sí un enorme compromiso para atender a quien, en su momento, requiere de sus servicios.

Petra Leticia Sustaita Nieto abre un espacio, platica con la emoción de un principiante, pero con la experiencia de alguien que ha dedicado gran parte de su vida a esta labor, hoy, como Jefa de Terapia Intensiva en el referido nosocomio…

VIVIR PARA SERVIR

Con 37 años de trayectoria, nos platica cuándo y cómo nace la intención de servir siendo enfermera.

“Desde pequeña decidí ser enfermera, tenía cuatro años y mi mamá me llevaba al hospital y yo decía, la enfermera luce muy bonita, su perfil me pareció admirable, veía que la enfermera iba a curar a los enfermos y desde ahí supe que yo quería hacer lo mismo”.

De niña jugaba a ser enfermera y sus muñecas siempre fueron las pacientes… “yo siempre las atendía amablemente, y un día perdí mi muñeca y lloré mucho, ahí fue cuando me di cuenta, que la enfermera tenía que ver con el paciente que estaba en condiciones críticas o cercano a la muerte”.

Y a partir de ahí, su sueño fue ser enfermera. Para ello salió de su querido Ocampo y partió a Victoria, en donde estudió la carrera de enfermería con el apoyo de sus padres, que humildemente le dieron estudios. “Elegí enfermería porque yo quiero estar siempre ayudando al semejante”.

Leticia comparte con alegría en su rostro, cuánto es que le apasiona ser enfermera, y dice que le gusta y disfruta lo que hace, y por ello da gracias a Dios; “además me pagan por hacer lo que me gusta, sobre todo a calmar el dolor de pacientes que tenemos a cargo”.

 

EL ROL DE ENFERMERA

Su rol de enfermera. Primeramente, cuando amanece le da gracias a Dios por un día más, por el hecho de despertar para ir a su trabajo a ayudar en todos los aspectos, enfermos y no enfermos que están en el hospital.

La labor en el área de cuidados intensivos, es coordinar a todo su equipo de trabajo de enfermería, distribuir actividades con cada una de sus compañeras y sobre todo, relacionarme con el paciente.

El resto de las compañeras de trabajo se expresan con admiración y respeto hacía Leticia, e incluso, algunas de ellas presumen que fue Leticia quien las formó, les enseñó y las guió para ser excelentes enfermeras, hasta la jefa de enfermeras del hospital.

“Le agradezco a Dios por este don que me ha dado, me siento muy orgullosa por lo que me transmiten mis compañeras y decir que soy ejemplo para ellas, todos los días aprendemos de todos”, expresó.

En las actividades diarias dice que siempre trata de hacer las cosas lo mejor que se pueda, relajarte con alguna broma para el enfermo, y por más trabajo que tenga, debe ser la parte fundamental para hacer la labor agradable con los pacientes.

“Me gusta hablar con ellos, expresarnos con respeto, hacerle una bromita, decirles ‘qué guapo se ve, le quitamos 20 años cuando lo rasuramos’, a los pacientes de edad avanzada el pudor siempre nos marca, y hacemos lo más sencillo el trabajo, para que entren en confianza, luego son ellos quienes nos hacen bromas a nosotros”.

Aparte del trabajo en el hospital, por el hecho de ser enfermera, toda la familia acude a ella cuando presentan una situación de salud, “tú que sabes porque eres enfermera, tengo esto” y ya Leticia los encamina a lo que se tiene que hacer.

 

EXPERIENCIAS INOLVIDABLES

Leticia tiene miles de anécdotas, hoy nos comparte algunas de ellas… “en una ocasión llega un paciente y me dice: ‘enfermera, ¿recuerda que yo estaba aquí internado’? -le digo, de tantos pacientes que tenemos, déjeme buscar el nombre en el libro, y lo busco, y ya de ahí me acuerdo por qué llegó aquí”.

”Me platica que él estaba grave y escuchaba mi voz y cuando mejoró, preguntó por mí y me identificó por la voz, que yo era la enfermera que lo atendía, ese día me vino a dar las gracias por el detalle para él, y me traía en una bolsita con un puño de chile piquín, el cual para mí fue algo muy especial, tanto que hasta quería llevar al Chorrito ese chile que me regaló, porque fue muy valioso para mí”.

Y como él, ha tenido muchos pacientes que han llegado a dar las gracias por su atención y servicio.

“Orgullosamente lo digo, e inclusive me han dado dinero”… Leticia dice que ella siempre da las gracias, pero prefiere no aceptarlo, ya que considera que su labor es atender al paciente, y para eso tiene un sueldo.

“Yo digo que no, porque tengo un sueldo, pero en una ocasión me dice el paciente; ‘es que yo le quiero regalar esto’, y eran 20 pesos, lo cual yo no quise hacerlo sentir mal y agarré ese billete, le dije que lo iba a tomar, y todavía guardo el billete de 20 pesos”.

Y así, ha recibido flores, platillos de comida y otros obsequios, que para Leticia dice que significa y valora mucho; “para mí, eso engrandece mi corazón y cada día me motiva para ser mejor persona con sentimiento humano”.

 

SER PACIENTE Y TOLERANTE

Aunque Leticia trabaja con gusto, hay quienes no, y para ellos y los que estudian el ramo de la salud, les da un consejo;

“Recomiendo a quienes quieren ser enfermeras o doctores, si ya lo decidieron, que sientan y vivan el ponerse como enfermos para poder trasmitir lo que el paciente requiere”…

“La Biblia lo dice, ser paciente, tolerante, pero sobre todo, entender a la persona que tenemos enfrente por lo que están pasando, y ponernos en su lugar, creo que nadie tiene el derecho de tratar mal a una persona, aunque a veces me han tocado familiares prepotentes también, pero hay que entender por lo que están viviendo, tener paciencia para sobrellevar esta situación”.

Leticia dice que tiene tres sobrinas que son enfermeras, y ellas quisieron ser enfermeras, porque decían que quieren ser como su tía.

“Amo la profesión de enfermería y mi servicio es servir, me deja satisfacción en el transcurso de mi vida, sentirme feliz por ayudar a los enfermos y formar equipo de personas que les gusta esta labor importante para el ser humano”…

“Quiero ser enfermera muchos años más, y si me muero, en el más allá seguir siendo enfermera”…

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