José del Carmen Perales Rodríguez.-
Cd. Victoria, Tam.-
El paro que afecta a 45 empresas maquiladoras en el municipio de Matamoros mantiene preocupado al sector productivo y a los inversionistas, ante la posibilidad de que esta situación pueda contagiar a empresas de otros puntos del estado, entre ellos la propia Capital del estado.
Hasta este miércoles no se tenía conocimiento de que pudiera llegarse a un acuerdo para satisfacer las demandas de más de 70 mil trabajadores, cuyos contratos colectivos están bajo negociación, en la que piden 20 por ciento de aumento salarial y un bono anual de alrededor de 32 mil pesos.
Sin embargo, aunque las pláticas entre las partes sindical y patronal se han mantenido en ese municipio fronterizo, no se vislumbra un acuerdo que no solo ponga fin al conflicto, sino que evite que más maquiladoras se sumen al paro.
Empresarios del ramo han advertido, que si bien esas 45 maquiladoras representan una parte de las establecidas en Matamoros, de «contaminar» a Reynosa, donde se tiene un registro de 140 empresas, la situación podría empeorar y colapsar la economía de esas y otras ciudades fronterizas.
A esta situación se suma el clima que se vive en esta Capital, en la que están negociando el tabulador salarial las tres maquiladoras más grandes establecidas en la Ciudad: Kemet y Aptiv Uno y Dos en las que laboran alrededor de seis mil trabajadores.
En el caso de la primera de ellas, Kemet con mil 900 empleados, sindicato y representantes patronales comenzaron las negociaciones desde el pasado miércoles, estableciendo como base un incremento salarial del 30 por ciento y aunque no se vislumbran problemas, lo cierto es que aún no hay un acuerdo.
En el caso de Aptiv que tiene cuatro mil 200 trabajadores en sus dos plantas, la negociación podría entramparse, después de que al cierre del año pasado se presentaron algunas diferencias entre sindicato y empresa, al grado que existe un emplazamiento a huelga vigente.
Sin embargo, fuentes empresariales advirtieron que, de no prestar atención a esta situación y no se establezcan los mecanismos de mediación idóneos, las negociaciones podrían fracasar y causar un problema mayor en la Ciudad, cuya economía no ha podido despegar en los últimos dos años.
