abril 18, 2024
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Se conocieron en primaria; hoy tienen 55 años casados

febrero 14, 2019 | 448 vistas

Cuando eran niños se «echaban ojitos», al terminar la primaria se hicieron novios, en la adolescencia se casaron y hoy Óscar y Martha tienen 55 años de matrimonio en donde han vivido todo tipo de sufrimientos y alegrías.

Óscar Briseño Lugo, de 71 años de edad, y Martha Verdugo de 70, comenzaron como novios durante un festejo de Año Nuevo, a pocos meses de su graduación en la primaria, cuando tenían 17 y 16 se casaron, y ahora tienen un rancho con 40 gallinas, 20 gallos, cuatro guajolotes y cinco perros.

«Fue mi primer amor, yo fui su primer novio y ella mi primera novia, desde que la conocí en quinto de primaria ‘le echaba ojitos’, le chiflaba y ella se reía hasta que un día me decidí y le pedí que fuera mi novia.

«Vivíamos de cerro a cerro en la colonia Héroes, en ese entonces no había celulares y recuerdo que utilizaba un espejo para comunicarme con ella, le hacía señas aprovechando el Sol como los apaches y era la opción que tenía para que supiera que estaba pensando en ella», recordó.

Su vida no ha sido para nada sencilla, cuando eran jóvenes sufrieron la muerte de dos de sus hijos recién nacidos, y en octubre del 2012, Óscar estuvo a punto de perder la vida al sufrir un ataque al corazón.

«Fue algo muy fuerte para mí, sentía que se me estaba yendo la vida a mí también, se me cerró el mundo, no sabía qué hacer, fue una experiencia muy dolorosa sentir que perdía a mi compañero de vida.

«Él significa todo para mí, porque yo no tuve ojos más que para él. Me enseñó a bailar, nos gusta cantar, hemos sufrido mucha pobreza, fríos y hambres, pero lo hemos superado juntos, porque mi viejo ha sido una hormiguita, muy buen proveedor del hogar», mencionó Martha.

En sus años de amor, trabajo y sacrificio, la pareja hizo un pequeño ranchito en el sector del ejido Mascareñas, en donde pasan sus vidas ofreciéndose pequeños detalles que hacen más grandes sus vidas.

«Nos ayudamos en todo, hacemos el desayuno, la comida y la cena, limpiamos el patio, les damos de comer a los animalitos y a veces agarro la guitarra y nos ponemos a cantar y hasta nos aventamos una bailada con la música de la radio.

«Somos felices y con una vida plena, tenemos a nuestra hija Margarita y mi nieto Óscar, que son nuestro mayor tesoro, nuestra pequeña familia que nos hacen sentir plenos y agradecidos con la vida», comentó.Con Información de: El Imparcial

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