mayo 8, 2024
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febrero 24, 2019 | 169 vistas

Shalma Castillo.-

Salir de la zona de comfort te abre las puertas a un mundo de experiencias y aprendizaje.

Alejandra Vázquez Acosta lo ha confirmado, desde Canadá hasta Argentina lleva acumulado un libro de vivencias para contar.

Originaria de Ciudad Victoria, a sus 26 años estudia la Maestría en Dirección Empresarial en la Facultad de Comercio de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).

Su intercambio académico lo realizó en Buenos Aires, Argentina.

En su estancia aprovecha para conocer la Patagonia, visitar El Calafate, El Glaciar Perito Moreno y El Chaltén.

 

EXPERIENCIA DEL INTERCAMBIO ACADÉMICO

Alejandra comparte que aprovecha la oportunidad de irse un cuatrimestre fuera del país, los únicos requisitos son: buen promedio y nivel de inglés.

Su elección es la Universidad de Buenos Aires, donde toma tres materias de la maestría que tiene un énfasis en mercadotecnia, y por ello lleva las asignaturas de marketing avanzado, comportamiento del consumidor e inteligencia comercial.

Platica que hay gran diferencia en los estudios porque allá las clases son con profesores de gran prestigio en todo el país y las clases son presenciales.

Sus compañeros son de mayor edad, por lo que siente que las clases son aún más enriquecedoras.

 

ARGENTINA

Estar en Argentina te hace extrañar a la gente cálida de México, porque el argentino es frío, cerrado, prepotente. Pero lo bueno es que Buenos Aires tiene muchos extranjeros, principalmente latinos, que al compartir la experiencia del intercambio conoces gente de otros países.

Alejandra, comprueba la gran afición de los argentinos por el futbol, pues le toca la final de la liga sudamericana en el River Plate contra el Boca Juniors, “ves por las calles un mundo de personas con sus playeras y muy ambientados”.

También, comparte que tiene la experiencia de estar en la inauguración de los Juegos Olímpicos de la Juventud, donde realizan un espectáculo con fuegos artificiales y acróbatas.

El platillo típico es la parrillada argentina, donde viene una gran variedad de cortes, además el precio es muy accesible.

En cuanto a la infraestructura, Buenos Aires tiene un estilo muy colonial, con edificios grandes, bonitos y con adornos, es una ciudad muy viva, ya que todo el día tiene actividades, e incluso hasta las tres de la mañana te topas a gente de todas las edades paseando a sus mascotas.

Entre México y Argentina son dos horas de diferencia y con el cambio de horario de México, quedan tres horas de diferencia.

Dice que al principio esas horas de diferencia sí son difíciles, pero sobre todo, más la comida, porque es complicado conseguir tortillas de maíz, ya que todo es a base de harina.

 

LAS AVENTURAS

De las mejores experiencias del intercambio fue conocer la Patagonia, el Glaciar Perito Moreno, donde hay un mirador para ver el paisaje, Alejandra confiesa que solo había visto fotos en internet, pero estar frente al glaciar es diferente; “está enorme y te das cuenta de lo pequeño que eres tú y lo impresionante que es la naturaleza, puedes escuchar los crujidos donde el glaciar se está desprendiendo, caminamos sobre él con un equipo especial durante cuatro horas y ves desprendimientos, irregularidad del glaciar, la cordillera de los Andes”.

En la parte del norte, en Puerto Iguazú, la gente es más sencilla, muy conectada a la naturaleza, tienen casas más sencillas, es un pueblo pequeño y todos se conocen, son una comunidad unida y amable.

En el Parque Nacional de Iguazú, donde están las cataratas, hay animales, los coatíes andan sueltos e incluso entre la gente y puedes acariciarlos.

Dice que su emoción por la experiencia es más grande que el miedo, y todo vale la pena; “lo que más me gustan son los paisajes, hay muchas cosas por ver y hacer”.

 

PLANES A FUTURO

Una vez que concluya su maestría, Alejandra confiesa que quiere estar un año en Victoria, y posteriormente buscar la oportunidad de trabajo en Canadá.

“Quiero intentar la manera de irme a vivir y trabajar a Canadá, ya estuve en dos ocasiones y es otro mundo, calidad de vida y me gustaría probar por ese lado”.

Platica que la primera vez que visita Canadá es en el 2011, donde permanece por un semestre en una Universidad para realizar un curso de inglés, y la segunda ocasión es en el 2018, por vacaciones.

 

LAS EXPERIENCIAS TE ENRIQUECEN

Lo que le deja estas movilidades extranjeras, es aprender a adaptarse al lugar, aunque es difícil, y a valorar lo que tiene en casa.

“Con el tiempo, te das cuenta que te puedes adaptar a la ciudad, a la comida, a la gente y a la rutina, empiezas a tomarle gusto y cariño”.

Aunque confiesa que es normal sentir miedo el vivir una experiencia diferente al salir de la zona de comfort, pero al final de cuentas todas las vivencias dejan una experiencia que marca y demuestra que somos capaces de hacerlo, adaptarnos y aprender.

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