abril 27, 2024
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mayo 18, 2019 | 203 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
Los niños recluidos con sus madres en los Centros de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Tamaulipas, son niños invisibles para las autoridades, porque no les respetan sus más elementales derechos humanos, afirmó Teresa de Jesús Camargo Sánchez.

Al impartir una conferencia sobre “Derechos de la Familia”, organizada por la Casa de la Cultura Jurídica, “Ministro Fernando de la Fuente Sanders”, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la también catedrática de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) dijo que las condiciones en que los menores viven dentro de los reclusorios, hacen imposible garantizarles sus derechos.

Entre los derechos humanos que se les violan figuran: el derecho a un armónico desarrollo, el derecho a la educación, el derecho a la identidad, el derecho a vivir en familia, el derecho a la igualdad sustantiva, y el derecho a una vida libre de violencia.

También se les vulnera el derecho a la protección de la salud, y el derecho al descanso y esparcimiento.

Camargo Sánchez consideró que, bajo las condiciones en que operan los Cedes, es imposible respetar a los niños sus derechos humanos, pero por parte de la autoridad tampoco hay mucho empeño por generar un mecanismo que los proteja.

“Por las condiciones en que están en los penales, son niños invisibles, porque no reciben los beneficios que por disposición constitucional y legal les corresponde. El Estado no respeta la obligación de cumplir con los Derechos Humanos establecidos en la legislación nacional e internacional”, indicó.

Recordó que, por disposición constitucional y de acuerdo con la Ley Nacional de Ejecución Penal, las madres recluidas en un penal pueden tener con ellas a sus hijos durante los primeros tres años de vida.

Una vez cumplida esa edad, explicó, las autoridades deben evitar que los menores permanezcan en los reclusorios, aunque si pueden visitar a su madre sin ninguna restricción.

Refirió que todo esto genera un conflicto dramático cuando llega el momento de separar a madres e hijos.

De acuerdo con información oficial, en 2017 había en los Cedes de Tamaulipas, 61 niños viviendo con sus madres, quienes enfrentan procesos penales o purgan una condena.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Tamaulipas es el tercer estado del país con más menores de edad cohabitando con sus progenitoras en las cárceles, apenas por abajo del Distrito Federal con 105 niños y Nuevo León con 73.

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