La estrategia de austeridad que impuso Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, ha calado en el deporte mexicano. Con un presupuesto de 90 millones de pesos, el Comité Olímpico Mexicano ha comenzado el 2019 sorteando gastos y adeudos para seguir con el mantenimiento de atletas en su Centro Deportivo Olímpico Mexicano.
La reducción de 30 millones, pues el año pasado el presupuesto se estableció en 120, ha provocado que Carlos Padilla, presidente del COM, analice el cierre de las instalaciones del CDOM y con ello terminar con el servicio a deportistas de hospedajes, alimentación y entrenamiento.
“Tendríamos que repensar si continuamos prestando el servicio en el Centro de Alto Rendimiento o determinar el cierre parcial del mismo. Estamos en la antesala de los Juegos Olímpicos, pero no hay dinero para mantenerlo y tenemos que tomar medidas radicales”.
Incluso, Padilla explicó que en estos primeros seis meses del nuevo gobierno no han recibido dinero y confían en la intervención de Ana Gabriela Guevara, directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.
“No hemos recibido el presupuesto, nosotros redujimos el presupuesto de 120 millones del año pasado a 90 millones y no ha habido en estos meses la respuesta que deseábamos se hubiera dado. Hemos recurrido a la iniciativa privada, a diversos amigos que nos han apoyado con patrocinios y donativos”.
Y agregó: “Nos dicen que son por los ajustes, sin embargo, Ana Gabriela Guevara me ha dicho que verá si puede apoyar para salir adelante por los altos compromisos que tenemos en un problema financiero”.
Eso sí, el directivo del COM dejó claro que la participación de la Delegación Mexicana en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 está garantizada y cubierta con un total de 30 millones de pesos que contemplan vuelos, hospedajes, alimentos, transporte de atletas e instrumentos como canoas, bicicletas y caballos, además del patrocinio de todos los uniformes.
Carlos Padilla lamentó que se esté viviendo este momento de austeridad y afectaciones al deporte mexicano, pues el COM no había presentado momentos de trabajar con “números rojos”.
“Esperamos que no se dé, porque después de 54 años no habíamos tenido una situación así. Las instalaciones seguirían, lo único que tendríamos que frenar es el hospedaje, la alimentación porque son costos muy elevados. Tenemos obviamente deudas con servicio de limpieza, seguridad, fotocopiado, telefonía, energía eléctrica y todo eso lo vamos negociando para ir pagando porque en primer lugar la nómina vale más de un millón 250 mil pesos cada mes”.
