El pasado domingo se conoció la noticia de que Noa Pothoven, una joven holandesa, había muerto tras aplicársele la eutanasia; pero en realidad fue falso ya que ella se dejó morir de inanición.
Con 17 años de edad, Noa sufría de estrés postraumático, anorexia y depresión a raíz de haber sido abusada sexualmente a la edad de 11, 12 y 14 años de edad. Incluso había publicado un libro en 2018, donde relató su historia traumáticas experiencias.
Después de mucho sufrir la joven solicitó la eutanasia a una clínica de Arnhem, pero le fue negada ya que pensaban que era muy joven y que debía terminar el tratamiento psicológico, mencionó en sus redes sociales.
Señaló que estaba destrozada, y que eso no pasaría hasta que tuviera 21 años, pero que vivía con miedo y dolor diariamente.
Según los amigos cercanos de Noa, después de ser rechazada su solicitud dejó de comer y beber. El sábado pasado dejó un mensaje en Instagram que decía:
“Seré directa: en el plazo de 10 días habré muerto. Estoy exhausta tras años de lucha y he dejado de comer y beber…
Después de muchas discusiones y análisis de mi situación, se ha decidido dejarme ir porque mi dolor es insoportable».
Pothoven aprovechó sus últimos días para despedirse de sus seres queridos y murió en su casa, en compañía de su familia.
En Holanda la eutanasia es legal desde 2002 y puede solicitarse desde los 12 (con consentimiento parental) en caso de padecer alguna enfermedad incurable o con altos niveles de dolor. Pero la mayoría de las autorizaciones para muerte asistida dejan de lado los padecimientos psicológicos como el estrés postraumático y la depresión, por ser más difíciles de evaluar.
En este sentido, Noa Pothoven es una llamada de atención no solo para Holanda, sino para todo el mundo en el diagnóstico y tratamiento de problemas psíquicos y emocionales en jóvenes.
Con información de: excelsior.com
