abril 19, 2024
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junio 24, 2019 | 101 vistas

WASHINGTON (AP) — Este es un mal momento para tener empleados temporales dirigiendo el Pentágono.

La arriesgada estrategia de Donald Trump en torno a Irán puede causar problemas en cualquier momento. El mandatario dejó de lado la diplomacia para ordenar un ataque, que luego suspendió. Esto mientras Estados Unidos encara un inusual despliegue de soldados en la frontera con México, un conflicto armado que ya lleva casi dos décadas con Afganistán y decide qué hacer con un diálogo con Corea del Norte que no va a ninguna parte sobre su programa de armas nucleares.

En medio de todo esto, Estados Unidos no cuenta con un secretario de defensa fijo. Tiene alguien a título interino, que reemplaza a otro interino que renunció súbitamente.

Mark Esper, quien asume en forma interina el domingo, podría cumplir esas funciones por menos de dos meses según las normas vigentes, lo que implica que habría otro titular temporal antes de que se nombre uno definitivo.

Los funcionarios temporales han pasado a ser un rasgo característico del gobierno de Trump. “Me da más flexibilidad”, dijo Trump, aludiendo a la cantidad de gente que dirige departamentos a título temporal, no siempre por decisión del presidente.

Esta práctica le permite a Trump contar con aliados en posiciones importantes mientras sobrelleva el proceso de confirmación en el Senado, que pueden ser complicados en vista que los republicanos tienen una mayoría de solo 53-47.

El líder del bloque demócrata del Senado, Chuck Schumer, dice que lo que está sucediendo se pasa de la raya.

“Con todo lo que pasa en Irán y las provocaciones y represalias, no tener un secretario de defensa en estos momentos es espantoso”, expresó el legislador. “Demuestra el caos que hay en este gobierno. Hay muchos cargos vacantes, puertas giratorias, en las posiciones de seguridad más sensibles”.

Las tensiones con Irán escalaron rápidamente esta semana tras un ataque a dos buques de carga que Estados Unidos atribuyó a Irán. Teherán dijo que ignoraría compromisos asumidos en un acuerdo con varios países relacionado con sus ambiciones nucleares, acuerdo del que Trump se salió el año pasado. Irán derribó un dron estadounidense y Trump ordenó un ataque, que canceló diez minutos antes de que tuviese lugar.

Mientras la situación se agravaba esta semana, el secretario de defensa interino Patrick Shanahan renunció, diciendo que quería ahorrarle a su familia el manoseo público en torno a un complicado divorcio de hace una década. Trump había dicho meses atrás que nombraría a Shanahan para la cartera de defensa y buscaría su confirmación en el Senado, pero nunca lo hizo formalmente. Algunos funcionarios se quejaron de que la confirmación de Shanahan se estaba demorando demasiado.

Trump nombró de inmediato a Esper como nuevo secretario de defensa interino. Pero a la luz de limitaciones impuestas por los tribunales y de la legislación que rige los nombramientos para cargos importantes, podrá servir solo seis semanas. En el Pentágono los abogados analizan cómo encarar lo que se espera sea un complejo proceso de confirmación.

Shanahan y Esper han estado asistiendo a reuniones de alto nivel en la Casa Blanca y en otras dependencias, y participando en debates acerca de cómo responder a la destrucción del dron por parte de Irán.

Esper debe asumir como secretario de defensa interino la medianoche del domingo y el martes asistirá a una conferencia de ministros de defensa de la OTAN. Allí deberá tratar de convencer a los aliados de que es el que manda en su ministerio, y que la conducción de los problemas de seguridad nacional de Estados Unidos es estable y está en condiciones de tomar decisiones en tiempos de crisis.

Esper es bien conocido en el Congreso, pero no hay garantías de que será confirmado.

Por ser un ex ejecutivo del contratista de defensa Raytheon, podría tener que excusarse de tomar decisiones relacionadas con esa firma, incluidas algunas importantes.

Las leyes impiden que Esper sea nominado mientras se desempeña en el cargo. Para ser nominado, debería dejar el puesto y desempeñar otras funciones a la espera de que el Senado lo confirme. Esto implicaría otro secretario de defensa interino.

Quien quiera que sea designado temporalmente no tendrá todo el poder de decisión que necesita un secretario de defensa en momentos en que un país está en guerra o realiza operaciones militares de envergadura en varias naciones.

No siempre este estado de cosas es producto de la planificación de Trump.

Los nombramientos se han caracterizado por pasos en falso y confusiones. Trump retiró 63 postulaciones, comparado con las 31 de su predecesor Barack Obama a esta altura de su primer término, según la organización independiente Partnership for Public Service. También desistió de nombrar gente que él prefería al ver que el Senado, controlado por los republicanos, no los aprobaría.

En total, 22 de los 42 cargos más altos en el gabinete han tenido titulares interinos desde el inicio de la presidencia de Trump en el 2017 hasta mediados de abril, de acuerdo con información suministrada por la profesora de ciencias políticas de Yale Christina Kinane.

Esa es una cifra muy por encima del promedio. Desde 1977 hasta el 2016, hubo 224 funcionarios con rango ministerial y solo 57 lo hicieron en forma interina.

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