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“Hola, soy Chucky. ¿Quieres jugar?”, fue una frase que nació en 1988 con el estreno de una de las películas más afamadas del cine de terror estadounidense que tres décadas después vuelve a la pantalla grande a través de una nueva versión.
“El muñeco diabólico” (“Child’s Play”) es como se titula la nueva entrega que se apoya poco en la idea original de Don Mancini, pues lo malévolo del juguete no nace a partir de un acto vudú.
En su versión original, el asesino serial “Charles Lee Ray” transfiere su alma al “Niño bueno” antes de que su cuerpo pierda la vida. El acto lograría que él pudiera reencarnar en la primera persona que supiera de su existencia.
Sin embargo, esta vez la maldad nace debido a una manipulación en el sistema eléctrico de “Chucky”. Protagonizada por Gabriel Bateman, Aubrey Plaza, y Brian Tyree Henry, bajo la dirección de Lars Klevberg, el filme se concentra en el caso de una madre soltera que debe mudarse a un nuevo vecindario en compañía de su hijo “Andy”.
Como todo niño en un nuevo lugar, él tiene problemas para hacer nuevos amigos. A fin de animarlo, su mamá le regala el afamado muñeco que en anuncios de televisión se vende como un objeto que se puede conectar y controlar todos los productos Kaslan así como dispositivos inteligentes.
Ambos desconocen su naturaleza siniestra que nace cuando un empleado de la fábrica de ensamblaje “Buddi” de Industrias Kaslan en Vietnam, es despedido debido a su insuficiente trabajo. En venganza, el ahora ex empleado manipula a uno de los muñecos que se ensamblan a fin de desactivar todas las funciones de seguridad.
