Una turista de nombre Jennifer Proctor asegura que nadie le explicó cómo tenía que tirarse por la atracción, por lo que se lanzó al vacío sin saber cuál era la forma correcta de colocarse sobre la tabla.
Proctor cuenta que sintió el momento en que se rompía su columna vertebral. «Supe en seguida que algo iba muy mal. Grité a Jodie (su pareja) que no podía nadar», dijo a medios locales.
Después de las cirugías, la joven sufrió durante medio año una «infección muy grave» y cuenta que aún siente «mucho dolor»; aunque ya puede caminar, será operada por tercera vez a finales de año en su país.
Proctor ha pasado los últimos diez meses de manera horrible. “Pensé que pasaría las mejores vacaciones de mi vida, pero se convirtieron en una pesadilla», dijo.
Con información de: milenio.com
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