abril 26, 2024
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Así son los robots mexicanos que enviarán a la Luna en 2021

septiembre 25, 2019 | 160 vistas

México, 25 Sep (Notimex/Sputnik).- México se alista para lanzar en 2021 su primera misión a la Luna, de la mano del astrofísico y doctor en Ciencias, Gustavo Medina Tanco, con quien Sputnik conversó. A su juicio, el avance del país en la última década en el sector espacial es parte de una «revolución».

Medina Tanco es argentino. En su país natal se formó en Física en la Universidad Nacional de Tucumán. Más tarde, en Brasil, obtuvo su doctorado en Ciencias en la Universidad de San Pablo, pero lleva 13 años trabajando en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, es el encargado del Laboratorio de Instrumentación Espacial (Linx) y cabeza detrás de una particular misión con 50 estudiantes: enviar a la Luna mini-robots que funcionan de manera autónoma.

«Si bien esta misión va a volar en 2021, su proyección va mucho más allá del futuro inmediato y tiene como objetivo ser la primera de muchas que deberían llevarnos a desarrollar un nicho de micro-robótica para aplicaciones espaciales en México», dijo Tanco a Sputnik.

¿Robots mexicanos en la Luna?

El equipo encargado del Instituto que lidera se concentró en el área de los robots pequeños.

«Hay dos tipos de robótica: la que siempre imaginamos del robot hiper-inteligente con personalidad y los nuestros que no se diferencian entre sí, pero trabajan en equipo y obedecen a ciertas reglas de su ambiente que los llevan a hacer cosas complejas», señaló.

«En vez de usar un robot único y muy caro que construya una casa, podrías hacer de cada ladrillo un robot, que se auto-organicen y solos construyan la casa», ejemplificó el astrofísico de la UNAM.

Los micro-robots mexicanos que viajarán a la Luna tienen apenas ocho centímetros de diámetro y cuatro de espesor. Durante la entrevista con Sputnik, Tanco sostenía dos prototipos de tamaño real en la palma de su mano. Explicó que por dentro tienen una parte electrónica alimentada por los paneles solares que coronan ambas capas, y que fueron construidos por una compañía en Silicon Valley, Estados Unidos.

De un lado, están equipados con sensores y microprocesadores; y del otro con antenas, ya que navegan de manera autónoma gracias a un radar. Estos micro-robots serán catapultados a la superficie lunar en un radio de 10 metros, a partir de los que se activarán y comenzarán a navegar hasta encontrarse para conformar un panel solar mayor.

Sobre la mesa central del laboratorio de instrumentación espacial hay una maqueta a escala de una de las cuatro partes que conforman el «Lander», la base que albergará en cada lado la pequeña catapulta.

Tanco señaló la importancia del diseño propio de los instrumentos que se realiza en este espacio y, para probarlo, mostró un pequeño telar utilizado para tejer manualmente la tela que recubrirá a los robots, protegiéndolos en su viaje espacial.

Según el astrofísico, la puesta a prueba de los elementos hace la diferencia en el éxito o fracaso de la misión: como estarán viajando en el Espacio durante tres meses antes de llegar a la Luna, deben buscarse materiales que no cambien sus propiedades al experimentar los súbitos cambios de la temperatura espacial.

«El principal problema de trabajar en la Luna es que, como no tiene atmósfera, es constantemente golpeada por micro-meteoritos y asteroides, produciendo una especie de arena que se llama regolito y conforma una capa de entre 20 y 100 metros de profundidad en la superficie de la Luna», explicó.

Si se tratara de un robot humanoide, dijo, sólo se ensuciaría los zapatos pero para los micro-robots «ese es el ambiente en el que tienen que poder desarrollarse».

Gracias a la reproducción del regolito a partir de lava volcánica y de las muestras que fueron tomadas por las misiones Apolo a la Luna, los científicos del Linx prueban los motores y el diseño de las ruedas de los micro-robots mexicanos destinados a nuestro satélite natural.

«Se hace todo aquí con un equipo multidisciplinario que trabaja junto, buscando soluciones a problemas complicados», expresó y completó: «Hace diez años era impensable hacer una carga para la Luna con 50 estudiantes en un solo laboratorio. Eso es parte de esta revolución».

La carga será lanzada al Espacio por medio de una empresa privada estadunidense llamada Astrobotic, que el Linx contrata para trasladar sus mini-robots a la superficie lunar.

«Ellos tampoco hacen todo el trayecto a la Luna, sino que contratan otro cohete que los lleva hasta un tercio del camino y luego se separan; así se abarata el servicio porque cada uno se especializa en lo suyo y va creando un ecosistema», remarcó Tanco.

«A diferencia de las grandes empresas del siglo XX, acá hay un sistema conformado de unidades pequeñas, donde cada parte mantiene el espíritu de innovación de las empresas chicas», concluyó.

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