La tecnología avanza a pasos agigantados y nadie queda exento de utilizar un aparato electrónico, ni siquiera los más pequeños, pero lo importante es saber poner un límite en su interacción con estos medios, para no hacer en una adicción
Como lo muestra un artículo del medio de noticias Aleteia, donde cataloga a los aparatos electrónicos como “caramelo electrónico”, por su eficiencia para tranquilizar a los niños.
Pero no nos equivoquemos, con esto perjudicamos a los menores, ya que se pierde su capacidad para auto controlarse y surge la necesidad de tener siempre consigo un “caramelo electrónico”, para mantenerse tranquilo.
“Es una forma de decirle al niño: Creemos que no puedes hacer nada más que tomar la golosina para estar tranquilo. Nos dejas en paz y te volvemos a demostrar que tú no te puedes entretener o calmar por ti mismo. El niño podría responder: No me habéis enseñado”.
Explica el artículo, el cual también menciona la perdida de creatividad por parte de los infantes, ya que no explotan su imaginación como se debería.
Los niños dejan de hacer actividades tan básicas y necesarias para su edad como lo es jugar o dedicar su tiempo al ocio.
Se pone un ejemplo:
Una madre va al pediatra con su pequeño, en tiempos pasados, la madre sacaba un juguete de su bolsa, se lo daba al menor y él se disponía a jugar con él por el resto de la consulta, si por alguna razón este se aburría, podría simplemente cambiar de juguete.
La constante en esto es que el niño no deja de imaginar de qué forma entretenerse, no existe un juego prediseñado a tanto detalle, él puede imaginar a sus anchas y si el pensaba que ese carrito él lo manejaba así lo era.
Pero en tiempos actuales este no es el caso, los niños no tienen ese privilegio, se les entregan juegos electrónicos ya diseñados a la perfección, donde se va perdiendo su creatividad y a la larga pude forma un vicio, de tal forma que la única forma en la que el pueda entretenerse sea estar presente de una pantalla.
A lo que lamentablemente nos lleva es a tener niños sin un control emocional claro, ya que su celular no puede enseñarles eso.
